Antioquia

Megaedificios sin agua: una vieja pesadilla se repite en La Estrella

Pese a tener rezagos en su red de acueducto, el sur del área metropolitana sigue llenándose de edificios.

Comunicador social y periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana, especializado en la investigación de temáticas locales. También cubro temas relacionados con salud, historia y ciencia.

08 de noviembre de 2023

Una pequeña manguera que sale de una finca y va a dar a un improvisado tanque terminó siendo el salvavidas para que un conjunto residencial de La Tablaza, compuesto por 320 apartamentos, no se quede sin agua.

Con una expresión de incertidumbre en su cara, Olga Lucía Hernández, una de las compradoras de esa unidad, identificada como Jardines del Sur, explica que desde que decidió mudarse allí con su familia en diciembre del año pasado la vida cotidiana se volvió una pesadilla.

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Pese a la magnitud del proyecto inmobiliario, compuesto por cuatro torres de 20 pisos, Hernández señala con indignación no entender las razones por las que ese desarrollo obtuvo todos los permisos para levantarse sin que un servicio esencial como el acueducto estuviera resuelto.

Además de la intermitencia en el servicio, que se vio agravada entre septiembre y octubre pasado cuando la reducción del caudal de la quebrada La Culebra los dejó 40 días sin una gota, Hernández advierte que el agua que llega a sus casas sale turbia y, como mínimo, debe ser hervida antes de pensar en usarla para prepara cualquier comida.

“¿Es lógico que yo esté comprando agua para hacerme un tinto o un arroz? Uno no sabe a quién acudir”, repara la residente, quien cansada del lío fue uno de los cerca de 100 habitantes del sector que salió a las calles a protestar.

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Y es que además de Jardines del Sur, otros tres complejos residenciales de la zona de igual envergadura – identificados como Guaduales, Flores del Campo y Panorama– también se quedaron sin agua el mes pasado, volviendo a poner sobre la mesa la crisis de agua que desde hace más de una década atraviesan varias zonas del sur del Aburrá.

Como en una historia que se reedita, La Estrella pareciera revivir los mismos problemas que pusieron en jaque a Sabaneta durante los últimos años, cuando miles de habitantes quedaron atrapados en edificios que se hicieron con redes de servicios públicos insuficientes.

Poniendo la vista atrás, la secretaria de Infraestructura de Sabaneta, Isabel Díaz Correa, señala que la crisis por la que atravesó ese municipio se detonó cuando en gobiernos anteriores se dio vía libre para un boom constructivo que brilló por la ausencia de controles urbanísticos.

Tras una polémica actualización del Plan Básico de Ordenamiento Territorial en 2009, que amplió el suelo de expansión por encima de la cota de 1.700 metros sobre el nivel del mar, el municipio se llenó de múltiples proyectos que empezaron a ser habitados sin que ni siquiera se hubieran hecho las conexiones con las redes de EPM.

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Cuando miles de habitantes se vieron encerrados en casas sin agua, Díaz advierte que se detonó una crisis que solo empezó a mitigarse cuando el municipio se sentó con los constructores para exigirles enmendar esas fallas.

Aunque según la funcionaria, con muchas constructoras el problema logró resolverse, en años recientes un ingrediente adicional que ha agravado el panorama es que muchos proyectos que se levantaron se quedaron sin responsables, luego de que sus constructoras se declararan en quiebra, obligando al municipio y a EPM a hacerse cargo de resolver su desconexión.

A su juicio, si bien los gobiernos locales no pueden oponerse a que se sigan haciendo proyectos inmobiliarios, la crisis puso en primer plano la necesidad de que se ejerzan controles estrictos al sector inmobiliario, para que no abandonen sus proyectos sin haber cumplido con sus responsabilidades básicas.

Además de La Tablaza, en donde se ha centrado en gran medida la oferta de nueva vivienda de La Estrella, otros sectores como Pueblo Viejo, La Bermejala y Charcolandia arrastran un rezago de décadas en su acueducto.

En el caso de estos sectores, mientras muchos de los habitantes consideran que los problemas de acueducto no son más que la expresión de la negligencia de la empresa de servicios públicos y las autoridades, el alcalde de ese municipio, Juan Sebastián Abad, sostiene que desde el gobierno local el tema es una prioridad y se está avanzando en soluciones de fondo.

Al ser consultado por el tema, además de defender el rigor del municipio a la hora de otorgar esas licencias constructivas, el mandatario sostiene que el municipio tiene en marcha la ejecución de un plan maestro de acueducto y alcantarillado que resolverá el problema en un corto y mediano plazo.

Dicho plan, explica, está dividido en dos fases. Una primera fase que comprende los sectores de Pueblo Viejo, La Bermejala y Charcolandia; y una segunda fase que comprende los sectores de La Inmaculada y La Tablaza. Mientras la primera fase, sostiene, empezará a surtir de agua potable al centro de Pueblo Viejo en cuestión de meses; la segunda, que cuenta con recursos del Ministerio de Vivienda por $94.000 millones, está lista para licitarse a finales de este año o comienzos de 2024.

Más allá de estas explicaciones, habitantes como Olga Lucía no se explican porqué un complejo de 320 apartamentos se levantó sin que un asunto tan esencial cómo el agua estuviera resuelto.

Para conocer su versión ante las quejas de sus habitantes, EL COLOMBIANO también consultó con la Constructora Suramérica, a cargo del proyecto Jardines del Sur, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.