Más efectividad en leyes de protección a mujeres
Periodista egresado de UPB con especialización en literatura Universidad de Medellín. El paisaje alucinante, poesía. Premios de Periodismo Siemens y Colprensa, y Rey de España colectivos. Especialidad, crónicas.
La semana de la no violencia contra la mujer dejó en Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en Colombia, una reflexión en el sentido de la necesidad que hay de pasar de los discursos a los hechos, al cumplimiento de las leyes que buscan erradicar cualquier forma de maltrato contra ellas en un contexto de agresiones que no paran y que, al contrario, crecen.
Para esta antropóloga social con varias especializaciones, los acuerdos de paz traen oportunidades para que el panorama en la protección de las mujeres mejore en el país, teniendo en cuenta que por el conflicto armado unas 5.000 mujeres fueron víctimas de violencia sexual en 2015.
El viernes fue el día de la no violencia contra la mujer, pero Medellín tuvo actividades una semana, ¿qué opinión le merece este hecho?
“En Medellín acompañamos varias actividades con la Alcaldía y me parece fundamental visibilizar lo más posible la problemática, darle números y buscar que tenga impacto”.
Pero pese a las campañas masivas, esta semana en Bello un hombre arrojó aceite caliente en la cara de su esposa. ¿Qué hay que hacer entonces?
“En Colombia crece la violencia con ataques con ácido en distintos escenarios y esto debe erradicarse, la Ley 1639 de 2013 fortalece las medidas de prevención y atención a las víctimas de crímenes con ácido y hay que buscar que todos la conozcan y demanden su implementación”.
A pesar de las leyes, no hay muchas denuncias y se vuelven normas de papel...
“El miedo a la denuncia no es propio de Colombia, está en todas partes y en América Latina, lo tienen la sociedad y las instituciones que no son capaces de darle garantías de seguridad y protección eficaz a una víctima que la requiere. Hacemos un llamado de cero tolerancia como primer paso para frenar la violencia contra las mujeres y en este contexto es importantísimo denunciar, porque sin denuncia no hay acceso a la justicia”.
Pero también en Colombia una mujer pide protección por sentirse amenazada y no se la dan y muchos casos terminan en asesinato, como que no hay compromiso de las instituciones...
“Las instituciones colombianas han aprobado leyes, hay una normativa avanzada en materia de violencia contra las mujeres y lo hemos reconocido en escenarios internacionales, hay una mayor capacidad de respuesta y creemos que estos esfuerzos hay que acelerarlos, hay desafíos en la aplicación de estas leyes, porque hay un limitado acceso a la justicia y esto incrementa la impunidad, pero hay compromisos en muchas instituciones y tienen los marcos normativos para hacerlo”.
En Medellín, este año, 3.467 mujeres han pedido protección ante jueces por miedo a ser asesinadas, ¿qué hacer frente a esto?
“Es que las condiciones de vulnerabilidad de las mujeres limitan su acceso a la protección del Estado, pero eso no debe ser impedimento para que el Estado haga la tarea de garantizar la protección y acceso a los servicios de justicia. Para que este problema tan grave sea erradicado se requiere un esfuerzo colectivo de las instituciones y la sociedad, si yo tengo un vecino que maltrata a su esposa no debo callar sino hacer lo posible para que el Estado intervenga, no se puede ser indiferentes”.
¿Cómo están las cifras de violencia contra la mujer en Colombia?
“Hay que valorar que el Estado colombiano ha hecho un esfuerzo creciente por registrar la violencia contra las mujeres y darle seguimiento. En el país, una de cada cuatro mujeres asesinada es a manos de su pareja o expareja. En 2015, más de 40.000 mujeres reportaron ser víctimas de violencia por sus parejas y en materia de agresión sexual, Medicina Legal reportó que cerca de 19.000 exámenes médico legales fueron realizados por agresión sexual, cifra superior a 2014”.
¿El fin del conflicto puede aportar a la disminución de estas violencias?
“Sí, porque la violencia en el ámbito de conflicto armado es exacerbada ya que es usada como estrategia de control social y también porque se recrudecen todas las formas de violencia; en 2015 fueron víctimas de violencia sexual (por el conflicto) unas 5 mil mujeres, 20 por ciento más que en 2014 y Antioquia, después de Bogotá, registra los mayores índices de violencia de pareja en el país”.