Fronteras invisibles perduran en Bello
Lucha por el control territorial es una de las hipótesis que se manejan por agresión a un joven deportista.
Periodista con sueños de historiadora. Apasionada por la Medellín antigua, su memoria visual y sus relatos.
El ataque a un joven deportista, por parte de desconocidos el pasado sábado, pone sobre la mesa de debate una vez más el tema de las fronteras invisibles.
Esa es una de las principales hipótesis que manejan las autoridades sobre los motivos de la agresión de la que fue blanco el boxeador Miguel Ángel Vargas de 20 años de edad.
Según su padre, Vargas fue abordado por desconocidos, al parecer integrantes de una banda, cuando se encontraba laborando en construcción, quienes lo golpearon hasta dejarlo inconsciente. Los hechos sucedieron el pasado viernes 23 de febrero en un sector del barrio La Gabriela de Bello.
La posibilidad de que fuera el haber cruzado surgió de las declaraciones del progenitor, quien contó que antes de agredirlo, le preguntaron de qué barrio era.
Sin embargo, las autoridades del municipio confirmaron que no se han recibido denuncias de que este flagelo de control territorial por parte de los residentes del municipio.
Según Jaime Araque, secretario de Gobierno de Bello, en el territorio el principal problema de orden público que se presenta es el hurto a personas. “En lo que va del año se han registrado 43 casos. Por ello, se instalarán 60 cámaras, algunas de las cuales tienen identificador de placas, pues muchos de los hurtos se realizan en motocicletas”, detalló.
A su vez, Alejandro Lema, personero de Bello, declaró que en esa dependencia tampoco se han recibido denuncias por fronteras invisibles.
Temas como intolerancia, que llevan a riñas y agresiones, se suma a la lista de problemáticas que aquejan a este territorio del norte del Valle de Aburrá.
Respecto a los homicidios, en el municipio se ha registrado una disminución del 50% en los casos, frente a los presentados en el año anterior, según Araque.
Otros controles
Actualmente, según la Fiscalía, en el territorio de Bello hacen presencia 13 organizaciones delincuenciales que extorsionan y controlan el microtráfico de drogas.
Niquía Camacol, El Mesa, Los Pachelly o Los Chatas, son algunos de los más conocidos, pero en el lugar donde se presentaron los hechos mencionados, delinque la organización denominada “Los Triana”.
Para Fernando Quijano, analista del conflicto en el Valle de Aburrá, el tema de las fronteras invisibles es algo que depende en gran medida, de las situación conflictiva entre los combos.
Pues, “hay fronteras inactivas, pero vivas, es decir, se sostienen cuando los grupos armados se enfrentan, pero se dejan de usar cuando estos establecen pactos y tienen un ‘libre tránsito’ por el territorio”.
Para Quijano, el hecho de que estos grupos al margen de la ley existan hace más de 20 o 25 años, hace que tengan un mayor control y sean ellos quienes establezcan las dinámicas del territorio, pues las políticas de seguridad, no sólo en Bello sino en todo el valle, “están enfocadas a atacar no a desmantelar. Esto a su vez es lo que controla aspectos como los homicidios”, contó.
Un funcionario público del municipio, quien pidió omitir su nombre por seguridad, agregó que, además del control histórico que han ejercido estos grupos, el tema de las fronteras invisibles en Bello ha sido diferente al de casos como el de Medellín.
“Acá las fronteras no son para todos, como pasa en otros sectores. Se establecen, por lo general, para los mismos miembros de estos combos, quienes se identifican entre ellos y se ponen los límites”, complementó.
En otras ocasiones las víctimas son jóvenes que no tienen que ver en las disputas, pero son objeto de sospecha.
Hasta el cierre de esta edición no se había presentado por parte de las autoridades los resultados de las investigaciones sobre las razones del ataque al joven deportista, quien se debate entre la vida y la muerte por la gravedad de las heridas.