Vamos tras el dinero de “la Oficina”: Federico Gutiérrez
En diálogo exclusivo con EL COLOMBIANO, Federico Gutiérrez Zuluaga anunció que no retrocederá en su lucha contra las organizaciones criminales. Dijo que para enfrentar a “la Oficina” acudió, inclusive, al apoyo de la DEA y el Departamento de Estado de EE.UU.
Periodista y escritor. Diplomado en información económica y financiera, Geopolítica y finanzas para no financistas.
Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, afirmó que no le basta con haber capturado a varios de los principales cabecillas la organización criminal “la Oficina”. Como esas estructuras siguen activas, su ataque se centra ahora en perseguir las finanzas que obtienen con sus negocios ilegales, en el entendido de que, según sus palabras, “el dinero es lo que más les duele”.
En el diálogo con este diario, en su despacho, también se refirió al caso de su exsecretario de Seguridad, Gustavo Villegas, quien está tras las rejas por un supuesto concierto para delinquir con la citada estructura delincuencial.
EL COLOMBIANO: En la audiencia de imputación de cargos a su exsecretario de Seguridad, Gustavo Villegas Restrepo, el fiscal 64 y el juez de control de garantías afirmaron que el funcionario, en lugar de atacar a “la Oficina”, la había promovido. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Federico Gutiérrez Zuluaga: “Al contrario. Si hay algo que yo he hecho desde el 1 de enero de 2016 fue ordenar arreciar la lucha contra esas estructuras criminales. De los objetivos de alto valor estratégico que nos propusimos, o sea los cabecillas, todos han sido capturados, no que se hayan entregado, y solo falta uno de ellos, que es alias ‘Tom’ (Juan Carlos Mesa Vallejo), que es el más buscado y quien también debe ser capturado. Soy yo, como alcalde, Federico Gutiérrez, quien los ha visibilizado, quien los ha puesto en los carteles, quien ha ofrecido las recompensas y se han logrado las capturas de estas personas. Y lo vamos a seguir haciendo. No voy a parar. Tengo claro para qué llegué a la alcaldía y combatir las estructuras criminales es uno de los temas más importantes, porque la gente merece vivir tranquila”.
¿Y qué noticias tiene sobre alias “Tom”?
“Yo mismo fue quien lo hice visible. Justo cuando tuvimos la reunión de generales de la Policía, en enero de 2017, le pedí públicamente al general Jorge Nieto Rojas y a todos los generales de la Policía, que nos concentráramos en esa prioridad. Así mismo lo hice con el presidente Juan Manuel Santos, quien en una de sus venidas a Medellín lo reafirmó, por pedido mío. También lo he hablado, en muchas oportunidades, con el gobierno americano. Ese golpe se tiene qué dar. Es una de las prioridades hoy, no solo desde Medellín, sino a nivel nacional”.
¿Qué le dijo el gobierno americano sobre la persecución y el perfil de alias “Tom”?
“Para ellos, y para nosotros, es una pieza clave en todo el engranaje de estas estructuras criminales. Por algo el gobierno americano ofrece US$2 millones por quien dé información para la captura de “Tom”. No es cualquier capo. No es cualquier tipo de una banda o estructura criminal. Es de los más peligrosos y más buscados. Toda la colaboración que se necesite la he brindado. En eso también está el Departamento Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Yo mismo, este enero, estuve reunido con personal de la Secretaría de Estado Norteamericano y con el Departamento de Justicia, hablando sobre lo importante que es para mí como alcalde que se capturen estas personas. Ahí habíamos hablado de alias “Soto”, que fue capturado también.
Como alcalde tengo unas responsabilidades, pero todo lo que tiene que ver con inteligencia y operatividad recae sobre otras instancias. Y ahí es donde los resultados se tienen que ver. Como cabeza de autoridad de esta ciudad seguiré insistiendo para que vamos detrás de estas estructuras criminales”.
¿Y quién es alias “Tom”?
“Es una persona con un amplio historial criminal, cabecilla de la banda ‘los Chatas’, que opera en Bello y el Área Metropolitana. Lo que tiene que ver con inteligencia, eso le corresponde a la Policía y Fiscalía”.
Cuando salió la recompensa de US$2 millones por “Tom”, en julio de 2016, hubo una reunión de prensa en la Policía y esta dijo que aportaba una recompensa de $150 millones por “Tom”. ¿La Alcaldía no está ahí?
“Eso lo hemos venido coordinando directamente con la Embajada de Estados Unidos, que ha sido un gran apoyo para nosotros y en reuniones que hemos tenido con integrantes de la DEA. Hay respuestas que tienen que dar otros organismos de inteligencia, también del Estado, y por supuesto yo solo espero que con ese trabajo que se viene haciendo, se dé rápido esa captura”.
EL PELIGRO DE “LA OFICINA”
En la imputación de cargos a Villegas el fiscal 64 habló de “la Oficina de Envigado” y el juez reconoció en los mismos términos a esa organización criminal, pero la Policía no reconoce su existencia. ¿Usted, como alcalde, qué idea tiene sobre ese tema?
“’La Oficina sí existe’. Yo creo que hay que quitarle el nombre de Envigado, porque no está bien estigmatizar a un municipio vecino que queremos tanto. Tanto existe, que hoy se denominan ‘la Dirección Colegiada’. Hasta en un comunicado público, del 23 de marzo de 2017, llegaron a referirse a mí en muy duros términos, afirmando que justamente la política represiva y coercitiva mía frente a estas organizaciones criminales, poco contribuía justamente a la paz del territorio. Ellos mismos reconocen en esa carta pública, los golpes que les hemos venido dando. Por eso no les gusta lo que venimos haciendo. En esa carta se van lanza en ristre contra la doctora Claudia Carrasquilla, directora de Fiscalías en su momento, y contra Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín. Y terminan con un poema en el que decían que volverían los ríos de sangre, dolor y lágrimas. Ni Medellín, ni ninguna ciudad del país, puede seguir aceptando chantajes de esas estructuras criminales. Por eso mi decisión es seguir combatiéndolas. Necesitamos una articulación muy fuerte desde lo nacional. Como alcalde tengo unas competencias y he liderado este tema, y lo seguiré liderando, pero lo que sí digo es que solos no podemos. Yo seguiré, pero aquí necesitamos el acompañamiento de todas las instituciones”.
¿Y cuando se habla de “la Oficina”, de qué poder estamos hablando?
“Cuando uno habla de estas estructuras criminales, que son bien organizadas, en Colombia no hay nada parecido a esto. Esta es la herencia maldita del narcotráfico, de la cultura de la ilegalidad de finales de los 80 y comienzos de los 90, que todavía persiste en muchos sectores de la sociedad. Cuando se habla de esta estructura organizada, ahí hay, no solo el cabecilla, o miles de jóvenes, que por muchas razones caen presa de estos mafiosos que tanto daño les hacen, que poco les importa de estos jóvenes o de sus familias. Ellos van es por los recursos, buscan controlar territorios, para apoderarse de todas las rentas ilegales posibles, inclusive de algunas legales. En ese sentido, mientras mayor poder económico tengan, mayor poder militar tienen. Y también mayor poder para corromper. Cuando uno enfrenta estructuras criminales, enfrentamos toda una cadena, no solo el capo de la mafia, el cabecilla de una odín o banda, sino a toda una red que ellos han construido. Hay gente, muy poderosa, que hoy se siente tocada y amenazada por lo que estoy haciendo desde el 1 de enero de 2016 y han pretendido que bajo amenazas cedamos y no hemos cedido. Ahora más que nunca estoy más firme y más fuerte para seguir dando esta lucha. Convoco a la ciudadanía para que la demos entre todos. Medellín tiene que salir de esto de una vez por todas. Estas estructuras necesitan quién mueva el dinero. La plata producto de la extorsión, del microtráfico, del juego ilegal, de todo lo que mueven las rentas ilegales, no está guardado en costales. Esa plata está en la economía. Lo más importante es seguir la lucha también como lo estamos haciendo con la lucha contra el lavado de activos y la extinción de dominio. El enfoque es este y lo que sí quiero aclarar es que la lucha que tengo, entendiendo muy bien las raíces, que me conozco los rincones de esta ciudad, es que venimos combatiendo estas estructuras de la mano de la Policía, el Ejército, la Fiscalía, de la institucionalidad. Allá donde llegamos con fuerza, llegamos también con la inversión social. Tiene que seguir la lucha contra las bandas y mucha inversión social. Nos tenemos que desprender de una vez por todas con ellos”.
¿Y qué golpes se les han dado a estas estructuras desde el punto de vista financiero?
“Esto no es solo de capturar cabecillas. Es muy importante, porque es un tema en el que se tienen que dar esos golpes. La ciudadanía tiene que tener claro que se debe recuperar la confianza. De ahí para abajo las organizaciones siguen vivas y se reemplazan los cabecillas. En ese sentido, lo más importante es lo que venimos haciendo de la mano con entidades responsables, competentes, como la lucha contra el lavado de activos. Por eso yo mismo pedí definir un convenio a nivel nacional con la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), para perseguir todos estos bienes y recursos provenientes de las actividades ilegales. Esos son los golpes a más importantes. Yo he insistido en que necesitamos más fiscales de extinción de dominio. Cuando hemos dado los golpes, en temas como hurto a motocicletas, en el sector de La Bayadera, aplicamos extinción de dominio a esos locales donde se desarrollaban estas actividades ilegales. Hemos hecho también los operativos en lo que tiene que ver con hurto de celulares, que son las mismas estructuras criminales, y hemos aplicado también extinción de dominio en esos locales. Mi pedido siempre ha sido recurrente: necesitamos más jueces de extinción de dominio, y esos golpes tienen que ir dando resultados”.
¿Y le han dado más fiscales y jueces?
“Ni uno solo de más. Recuerdo mucho el trabajo que lideraron ustedes desde EL COLOMBIANO, hace algunos años, donde se mostraba toda la relación de rentas ilegales que manejan las estructuras criminales. Fue un trabajo de investigación serio, que coincide con otros que había hecho yo a lo largo de los años y con informaciones que tienen las autoridades de Medellín. Ahí se demuestra la fuerza que han tenido y tienen estas estructuras criminales. Cuando hablo de que tienen, es porque siguen vivas. Aquí estoy dando una pelea dura, desde la parte institucional y desde lo personal, porque he asumido riesgos. Hoy, más que nunca, estoy convencido de que debo seguir. Tiene que haber un punto final, en el que esto acabe y cambie. Los poderes no solo son los cabecillas. Estos hacen parte de ese poder criminal. El poder real está en diferentes espacios, está en quien mueve el dinero producto de las actividades ilegales. Por eso cuando esta gente se ve amenazada, reacciona, cuando sienten que se les acaba la zona de confort, es donde también reaccionan. Esta es una pelea que estoy dispuesto a seguirla dando, pero también la debe dar la sociedad completa”.
Como las rentas de la ilegalidad son dinámicas y dependen del contexto económico de la ciudad, de la persecución de las autoridades, hoy, en orden de importancia, ¿cuáles son las más importantes para “la Oficina”?
“Por supuesto que el microtráfico, las trata de personas, el juego ilegal, la extorsión, y muchas otras, componen ese paquete de lo que son las utilidades y lo que dejan las rentas criminales.
En Medellín se han hecho estudios muy serios, incluyendo el de EL COLOMBIANO de hace unos años y el de la Universidad Eafit, y es ahí donde tiene que haber un punto de inflexión. Aunque esté bien dar golpes contra las estructuras cogiendo los cabecillas, lo más importante es ir detrás del dinero producto de las actividades ilegales. Es ahí en donde se debilitan las estructuras criminales y, ojo, es ahí en donde realmente les duele. Quien hace parte de una estructura criminal, sabe que en un momento de su vida puede pasar por la cárcel o llegar a morir. Pero por su cabeza no pasa que pierdan los recursos logrados a lo largo de tantos años de actividad ilegal. Por eso es lo más importante”.
Eso es un buen plan, pero en la realidad la estructura estatal para perseguir las finanzas no está montada. No le han dado los fiscales especializados en ese tema, ni los jueces, el convenio con la UIAF apenas va a arrancar...
“No, ya arrancó y en pocos meses espero que dé resultados”.
Los golpes han sido a locales o algunos bienes, pero los millones de dólares, el dinero que circula, aún no existe la institucionalidad para perseguir esa plata...
“Yo creo que en ese sentido es donde justamente hay que entender que a uno como alcalde le entregan la responsabilidad de la ciudad, pero no le entregan todas las herramientas. Lo que he hecho es visibilizar un tema que es nacional. Lo hablo con el Presidente de la República, ministros, generales, comandantes de Policía y Ejército y con el mismo fiscal General de la Nación, con quien yo sé que se van a dar golpes a más contundentes, porque con él compartimos esa visión de que lo que se deben atacar son las finanzas. Él viene trabajando en el tema y sé que va a dar golpes contundentes.
Quiero destacar ese trabajo que hemos logrado con el fiscal General, Néstor Humberto Martínez. Compartimos la visión y ese fortalecimiento institucional lo está haciendo él desde la Fiscalía. Yo como alcalde no soy jefe de un fiscal o del presidente, ni de las entidades a las que les corresponde. He venido pidiendo una articulación interinstitucional, que se tiene que dar. Esto lo he hablado con todos los alcaldes de ciudades capitales del país. Tenemos la misma problemática.
Por eso la reflexión es: aquí el enfoque de la seguridad urbana debe tener muy claro el tema del lavado de activos, que es lo que más les duele a las estructuras criminales. En últimas, estamos hablando de organizaciones que no tienen ningún tipo de ideologías. Aquí no estamos hablando de organizaciones de extrema izquierda o derecha, que busquen controlar territorios para llegar al poder. No, el poder de ellos es la plata, producto de rentas ilegales. Viven de la cultura de la ilegalidad, de la corrupción, del temor de la gente, que tiene que pagar por la extorsión. Viven de envenenar a miles de jóvenes en el territorio nacional a través del microtráfico y las drogas.
Mi llamado es que este es un tema no solo de Medellín, sino nacional y desde ahí se tiene que trabajar una política pública seria de seguridad urbana. Hay que mirar lo que pasa en las ciudades. Estas redes y sus estructuras criminales de Medellín y el Área Metropolitana van creciendo. No se limitan a tener operación en este territorio. Tienen nexos con estructuras tan peligrosas como las del ‘Clan del Golfo’. Han tenido nexos históricos con mafias mexicanas y aquí en Medellín se han capturado de los cabecillas más importantes del ‘Cartel de los Zetas’. Entonces, por eso digo: Yo pongo el pecho, lo he puesto y lo sigo poniendo. He arriesgado mi propia vida. Pero lo que sí necesito y pido como alcalde es que esto no es una pelea que sola deba dar Medellín”.
EL CASO VILLEGAS
¿Qué costos, personales y políticos, ha tenido para usted el caso de Gustavo Villegas?
“Yo lo único que quiero es que Gustavo se pueda defender en el juicio y que tenga todos los elementos para que pueda demostrar su inocencia. Eso quiero en lo personal y como alcalde y por el bien de la ciudad. Yo he confiado en cada una de las personas que he nombrado. Lo que siempre he querido es que esa confianza justamente sea validada, no solo conmigo, sino con la ciudad.
Durante los años de trabajo de Gustavo, lo vi luchando contra las estructuras criminales de Medellín, contra todas. Yo respeto a la Fiscalía, a la Justicia, y hay un debido proceso, que debe continuar, con un juicio. Mientras tanto, yo sigo liderando el tema de la seguridad y no vamos a parar, no vamos a ceder. La lucha contra las estructuras criminales no solo debe seguir, sino que cada vez debe ser más fuerte.
En lo personal, claro, a nadie le gusta que esto pase, y menos a mí. Pero hoy estoy más firme y fuerte que nunca, para seguir esta lucha contra las estructuras criminales”.
Villegas, como Secretario de Seguridad, ¿le informó a usted que desde esa dependencia se venía elaborando el citado borrador de proyecto?
“Siempre hablamos del sometimiento a la justicia como una herramienta de lucha contra la criminalidad urbana. Se me informó que según el Acuerdo Final para la Paz, en el punto 3.4.13, el Gobierno Nacional en coordinación con la rama judicial debía presentar un proyecto de ley para promover el sometimiento o acogimiento de organizaciones criminales. Lo que hay es un borrador que puede contribuir a una discusión nacional”.
¿Qué instrucciones dio usted al respecto?
“Frente a la elaboración del borrador no di ningún tipo de instrucción, de lo que fui enterado es que existían una serie de reuniones preliminares en su elaboración, reuniones en las cuales participaban varias entidades como puede verificarse en los listados de asistencia por ustedes publicadas. Solicité que una vez consolidado el borrador del proyecto, se me diera a conocer”.
¿Cómo es posible que usted no supiera los detalles, sabiendo que vive al tanto de los más mínimos hechos de seguridad de la ciudad y este borrador ya estaba en manos de una senadora de la República, interesada en liderarlo?
“He estado y seguiré estando al frente de todos los detalles de seguridad por mínimos que sean. Como aún no era una versión final, no conocía el borrador. No dudo que el mismo me hubiera sido presentado cuando existiera un documento consolidado final para aportar a la discusión nacional”.
¿La elaboración de ese borrador desde la Secretaría de Seguridad se hizo a sus espaldas?
“Como ya he expuesto tuve conocimiento de la iniciativa de aportar en la construcción académica que como cuidad realizarían diversos sectores sociales e institucionales en desarrollo del punto 3.4.13 del Acuerdo de Paz y que consagraba el trámite de una ley para el acogimiento y sometimiento de organizaciones criminales”.
Usted ha dicho que conoció ese borrador a través de EL COLOMBIANO. ¿Qué opinión le merece tal proyecto?
“Como ya lo mencioné, aún no era una versión final, según me lo han informado. No dudo que el mismo se me presentaría cuando existiera un documento consolidado. Pienso que como el Gobierno Nacional tiene que presentar un proyecto de Ley en desarrollo del punto 3.4.13 del Acuerdo de Paz, el borrador publicado puede contribuir en la discusión, como espero lo hagan muchos otros documentos que provengan de diferentes sectores del país”.
¿Qué ha clarificado frente al papel que jugó Arnulfo Serna en las conversaciones con “la Oficina” y en lo que él, en lo que va de su Administración, alcanzó a trabajar hasta la semana pasada?
“Arnulfo Serna viene de la Administración anterior, es una persona que viene de trabajar además en la Fiscalía, fue fiscal, entiende y conoce la realidad de la ciudad y por eso tomé la decisión de que continuara ejerciendo su trabajo dentro de la Alcaldía de Medellín. Arnulfo Serna vino desarrollando su trabajo con normalidad, hasta la semana pasada, cuando renuncia irrevocablemente por amenazas en contra de su vida y la de su familia. Inmediatamente hablé con la fiscal de Medellín, con el general Gómez de la Policía, y les pedí que se protegieran la vida de Arnulfo y su familia, que es lo más importante”.
¿Y qué había tan delicado en las funciones que él hacía, que llevara a esas amenazas?
“Cuando aquí se decide luchar contra estas estructuras criminales, representa unos riesgos desde la institucionalidad y quienes hacemos parte de ella. Ya son investigaciones que tiene que manejar la Policía y la Fiscalía”.
¿Es cierto que él manejaba el tema de recompensas?
“No, eso se manejaba directamente desde la Secretaría de Seguridad y para eso había un comité. Es más, aquí se frenó durante un tiempo el pago de recompensas”.
¿Y por qué lo frenaron?
“Existían dudas frente a unas reclamaciones de recompensas y justamente Gustavo Villegas, como secretario de Seguridad, envió unas comunicaciones a Policía y Fiscalía, pidiendo que se investigaran esos temas y se paró el pago de recompensas”.
¿A qué se debió la salida de la asesora Yolanda Serna?
“Yolanda también renunció de manera voluntaria, hacía parte del equipo liderado por Gustavo. Cuando pasa esta situación (la captura de Villegas), Yolanda también renuncia inmediatamente”.
¿Y Jorge Gaviria? ¿Él ha tenido la oportunidad de explicarle las cosas a usted?
“No, yo con él no he hablado ni una sola palabra y nunca llegué a hablar de este tema con él, y eso sólo lo podrá decir él; después él toma la decisión también de renunciar y seguir con sus actividades privadas. Él no estaba vinculado a la Alcaldía, sino como contratista y asesor”.
¿Usted sabía puntualmente el papel que jugaba Julio Perdomo en este proceso de negociar un sometimiento?
“De ninguna manera. Es más, Julio Perdomo fue capturado, era una de las personas que yo había pedido que se investigara bien sobre él, y cuando fue su captura yo mismo le solicité a la comunidad que aporte más pruebas para su judicialización”.
¿Es decir que mientras usted pedía la captura de Julio Perdomo, su secretario Gustavo Villegas se reunía con él para negociar el proyecto de sometimiento?
“Eso solo lo puede responder Gustavo Villegas, la explicación que dio luego sobre ese encuentro es que se reunió con él que porque lo tenía amenazado de muerte”.
SIN AVANCES EN AMENAZAS
Usted dice que la idea del sometimiento parte de la carta que “la Oficina” envía al presidente Santos (noviembre de 2016), diciendo que por la coyuntura del país era buen momento para adelantar conversaciones. ¿Usted cree en la voluntad de paz de “la Oficina”?
“La tienen que demostrar. Yo creo es en mi convicción de que a las bandas hay que seguirlas apretando, darles golpes duros y lograr que la gente en todos nuestros barrios viva tranquila. No hay derecho a que insistan en irrespetar la vida, a que sigan con ese proceder donde le hacen daño a tanta gente. En todas las comunas de Medellín no hay sino gente buena, y son poquitos los que hacen daño y han logrado penetrar. Aquí venimos dando golpes fuertes y vamos a seguir haciéndolo. Lo que yo sí creo es que esto no puede ser una espiral sin fin. Tiene que llegar un punto de inflexión en el que cese tanta violencia e irracionalidad, donde pasemos de la cultura de ilegalidad a una de legalidad, donde quienes tengan que pagar por tanto crimen vayan a la cárcel. Es que lo que yo estoy pidiendo es sometimiento, o sea ir a la cárcel, obtener información real de quiénes hacen parte de las estructuras criminales. La pregunta mía es: ¿a quién le estorba un sometimiento? ¿A quién le estoy estorbando? Aquí desde diferentes puntos de vista han tratado de menguar esta lucha contra las estructuras criminales, primero bajo amenazas, y yo también quisiera saber: muéstreme un solo avance de parte de la Institucionalidad sobre los planes de atentados en mi contra”.
¿Cuántas amenazas y atentados?
“Pregúntele eso a la Fiscalía”.
Pero de los que usted tenga conocimiento.
“De forma pública, se supo de uno el año pasado, en febrero (el caso ‘Pedro Pistolas’). Y aquí llegaron con muchas informaciones, a decir que él es, que no es, que hay otro ‘Pedro Pistolas’, que son dos identificados. Y yo les dije: ‘¿los dos son peligrosos?’ Y dijeron ‘sí’. Entonces cójalos a los dos. Aquí en esta oficina han venido tanto de Fiscalía como de Policía en varias oportunidades a decirme que hay planes de atentados en mi contra, en los cuales no hay avance alguno en las investigaciones. Y que justamente uno de esos no lo podían comunicar a nivel interno en la Fiscalía de Medellín por los riesgos de corrupción que había en la Fiscalía. ¿Entonces dónde queda uno como alcalde?”.
Dijo que “la Oficina” tenía que demostrar voluntad de paz. ¿Las entregas de delincuentes que ellos hicieron en la Secretaría de Seguridad no son para usted un gesto de paz?
“Creo que no solo para mí, sino para cualquier ciudadano, el hecho de que un cabecilla de una estructura criminal se entregue, es importante. Ya está en manos de la Fiscalía si da o no rebaja de penas, eso no está en manos nuestras”.
¿Pero usted lo veía como un gesto de buena voluntad de “la Oficina”?
“Yo lo que he palpado es que las estructuras criminales también han sentido la presión, y créame que para cualquiera sería importante pensar que si realmente la Dirección Colegiada de ‘la Oficina’, como ellos dicen, quieren contribuir realmente a la tranquilidad de la gente de Medellín, y están dispuestos a un sometimiento, el Gobierno Nacional de inmediato debería liderar este tema y lograr la desarticulación total de las estructuras criminales. Y no solo hablo de los cabecillas. El país tiene que saber quiénes dentro de la institucionalidad se han dejado permear de esas estructuras, dónde está la corrupción en la Policía y en la Fiscalía, que es la batalla que viene dando el fiscal General (Néstor Humberto. Martínez). ¿Quiénes son los que posan de empresarios dignos y lavan la plata de las estructuras criminales?
Ahí es donde yo hago la pregunta de fondo: ¿a quién le estorba un sometimiento? Eso le estorba a todo ese entramado de corrupción que soporta a las estructuras criminales, a los que no les conviene que se muestre cómo es la cadena y cómo opera, a quien no le conviene que se den los nombres de los que durante tantos años han lavado la plata, y seguramente esto que les digo públicamente me va a generar más problemas, y vamos a recibir más ataques, porque estamos diciendo lo que todo el mundo sabe, pero que pocas veces se dice. Quiero hacer un llamado para que esto sea de todos. Como alcalde tengo una responsabilidad con mi ciudad, pero este combate debe ser de todos, unidos. Hablamos de estructuras peligrosas, que han sobrevivido a lo largo de los años. Yo dejaré de ser alcalde el 31 d diciembre de 2019 y por eso creo que tenemos que aprovechar el impulso y que esto se vuelva de carácter nacional”.
Hay analistas que dicen que a los alcaldes de Colombia, más que gobernar, les toca cogobernar con las bandas. ¿A usted le ha tocado cogobernar con “la Oficina”?
“Yo les he dado es la pelea, por eso yo mismo hago presencia en cada barrio donde me dicen que hay una dificultad. Voy y hablo con la comunidad y los acompaño. Por eso yo mismo he sido quien los he mostrado, con nombre y alias y ofreciendo recompensas. Aquí no he hablado en términos generales de las estructuras criminales. Yo aquí llegué fue a tocar callos y a mostrar quiénes eran, a ponerles rostro, porque es la única forma de visibilizarlos y que el combate sea efectivo. Pero cada entidad tiene unas competencias. Yo de pronto he liderado más allá de lo que le corresponde a un alcalde, en el sentido de decir que la Policía tiene unas responsabilidades, la Fiscalía otras, y muchas veces le dicen a los alcaldes: ‘no se meta en ese tema, que es muy difícil y lo primero que va a recibir son amenazas’. Recuerdo que antes de entrar a la Alcaldía, cuando ganamos la elección, tanta gente que conoce esta ciudad, se le acercan a uno y le dicen: ‘no hable mucho de ese tema, que eso poco va a cambiar, las estructuras criminales son demasiado fuertes y la corrupción es inmensa’. Y yo dije: ‘de qué vale la pena ser alcalde si no es para meterme en los temas duros de ciudad’. Y me metí acá, y me estoy dando la pela, y no nos les vamos a arrugar a las bandas”.
¿A usted las bandas le han hecho ofrecimientos o intentos de soborno?
“Lo único que he recibido de estos tipos son amenazas. Y es lo único que voy a seguir recibiendo, porque ellos saben que yo no voy a parar. Ellos saben que no tengo precio y creyeron que ante la primera amenaza yo me iba a asustar y a dejar de combatirlos. Al contrario, yo estoy representando una ciudad digna, que quiere dejar atrás esos fenómenos de narcotráfico y violencia, que tiene que pasar de la ilegalidad a la legalidad, yo quiero que cada vez se genere más confianza ciudadana”.
Una vez que capturen a alias “Tom”, ¿cuáles son los siguientes objetivos estratégicos?
“Una vez se capture, hay que seguir, insisto que no basta con la captura, lo importante es llegar a la lucha contra el lavado de activos, aplicar la extinción de dominio, que se sepa quiénes son aquellas personas que durante tantos años han hecho parte de ese entramado de ilegalidad, porque de lo contrario damos los golpes, pero la culebra sigue viva, y es muy poderosa”.
Sobre “la Oficina”, se ha dicho que obedece a una supraestructura, a un consejo directivo en el que hay empresarios e institucionalidad corrupta. ¿Usted ha sentido el influjo de ese poder invisible?
“Yo no los llamaría empresarios, porque aquí el empresario es emprendedor desde la legalidad. Esos tipos son es mafiosos”.
¿Pero ese consejo directivo sí existe, según sus análisis?
“Yo no hago Inteligencia, eso lo hacen los organismos del Estado, y justamente quien tiene la capacidad de hacer esto son los que están llamados a dar los golpes contra esas estructuras. La pregunta la tienen que responder la Fiscalía y la Policía”.
Pero si la misma Policía dice que “la Oficina” no existe...
“Yo insisto: ¿a quién le estorba un sometimiento? Siempre aparecen las cabezas, que son los que han estado en esa ala militar de las estructuras criminales, y cuando muchos sectores poderosos empiezan a ver que algunas de esas cabezas están pensando en someterse a la justicia y entregar información de cómo opera toda la estructura... El gran peligro de esto no son solo ‘Tom’, ‘Soto’, ‘Diego Chamizo’, ‘Reblujo’ o ‘Tombolín’. Ellos trabajan para alguien. Acá se tiene que tener claro es quiénes los ayudan, quiénes lavan sus fortunas. Y bueno, nos merecemos una ciudad en paz, donde no se sufra más tanta violencia. Y hay que seguir la lucha”.