Antioquia

En Torres del Este se esfumaron subsidios del Isvimed

Un constructor recibió $1.585 millones en subsidios del Isvimed y el instituto solo le reconoció en obra la mitad. Detrás de la historia hay un lío de $1.800 millones entre socios.

Periodista y escritor. Diplomado en información económica y financiera, Geopolítica y finanzas para no financistas.

23 de febrero de 2016

M auricio Zapata Alzate se enfrenta a una culebra de tres cabezas. Como gerente de Inserel, inició en 2013 la construcción de 260 apartamentos populares en Torres del Este. Para ello, recibió en subsidios estatales 1.585 millones de pesos, de los cuales apenas le toman como invertidos en la obra unos $800 millones. El dinero que falta está atrapado en un litigio de $1.800 millones que el empresario tiene con Funcodent, una organización popular de vivienda que, acosada por deudas y sin ser dueña del lote, gestionó esta obra que vale más de $10.566 millones.

La denuncia, en la que el mismo Zapata es protagonista, tiene un capítulo que hoy investiga la nueva gerencia del Isvimed: esta entidad pública le siguió entregando subsidios a Teófilo Palacios Mena en la época en que a este último la Gobernación de Antioquia lo había suspendido como representante legal de Funcodent.

El lío de Zapata y Palacios es una de las razones por las cuales 260 familias aún no estrenan las dos unidades de Torres del Este, en el barrio Caicedo, de Medellín.

Ambos ciudadanos se conocieron en 2011. Teófilo, representante de la fundación para desplazados y población vulnerable, y el abogado José Arley Cuesta Perea, le pidieron a Mauricio que fuera el músculo financiero de Torres del Este. El proyecto había sido estructurado, entre otros profesionales, por un nutricionista, magíster en salud colectiva y experimentado en el manejo de asuntos de desplazados.

La idea era sencilla: Zapata ponía la plata y, a cambio, le daban la construcción de las dos etapas de la obra. El 30 de marzo de 2011 les hizo el primer préstamo, por $120 millones, en medio de “una relación de confianza”, como la califica Zapata. Funcodent estaba mal y la acosaban deudas que Teófilo Palacio había tomado a nombre de la entidad. De hecho, él mismo, como constructor, dice haber recibido llamadas desde una funeraria a la que Teófilo le debía 350 millones de pesos, que luego se volvieron 500 millones de pesos por los intereses.

De esos primeros $120 millones aportados por Inserel, $100 millones se abonaron a Julio Martín Barrientos, propietario del predio, quien, según Mauricio, bajó el precio de $1.400 millones a $680 millones cuando supo que era para hacer vivienda popular. Aunque Inserel ha pagado $428 millones por el terreno, y el resto está a su cargo, dejó a Funcodent con una participación del 20 por ciento, para efecto de los subsidios estatales y otros trámites.

Dora Isabel Zapata Alzate, abogada y hermana de Mauricio, afirma que “Funcodent debía acreditar que era dueña del 100 por ciento del lote, pero nunca lo ha sido y el Isvimed se tragó ese problema jurídico”.

Se llenó de deudas

Inserel instalaba redes eléctricas, de gas y comunicaciones. También había sido contratista de varias alcaldías y de clientes como Bancolombia. Al entrar en Torres del Este solo tenía libres unos 300 millones de pesos, insuficientes para construir la obra. Por eso, dijo Mauricio, se pactó que él y su empresa tomarían créditos, que después se los pagarían al recibir los subsidios.

Luego se firmaron los contratos para la construcción e Inserel tomó $1.540 millones con bancos; $120 millones en hipotecas sobre tres viviendas; $300 millones de un tío de su socio y préstamos con personas naturales que cobraban entre un 5 y un 20 por ciento de interés mensual.

El problema es que esos recursos se consiguieron en 2011 y 2012 y las obras de construcción solo comenzaron en 2013. De manera que una parte de los créditos se fueron en el pago de los intereses de esas mismas obligaciones. Adicionalmente, Mauricio señala que el 23 de septiembre de 2013 Teófilo, acompañado de cuatro hombres, lo sacó por las malas de la obra, argumentando el incumplimiento del contrato. Los intentos de conciliación no prosperaron. Y, al final, el constructor muestra unas cifras que reflejan la problemática ejecución del proyecto de vivienda.

Al revisar las cifras que Inserel ha compartido con el Isvimed, la Fiduciaria Central, la Gobernación de Antioquia y la Fiscalía, su gerente confirma que reunió 2.000 millones de pesos para ejecutar Torres del Este. A esto se suman 1.585 millones de pesos que, según reconoce, recibió en subsidios estatales, para un total de 3.585 millones de pesos.

Sin embargo, el Isvimed apenas le reconoce como invertido en la obra 799 millones de pesos, o sea la mitad de lo que le entregaron.

¿Qué pasó, entonces, con los restantes $2.786 millones, de los cuales más de $785 millones son dineros públicos que no están reconocidos como invertidos en obra?

Soporte hasta de propinas

Mauricio afirma que tiene soporte de cada peso que invirtió en Torres del Este. Por ejemplo, a tres personas que al comienzo de la relación de negocios le presentaron como “socios” de Teófilo, pero que luego resultaron ser sus “empleados”, les entregó más de $468 millone.

Dos de esos empleados, que pidieron mantener sus nombres en reserva, le dijeron a este diario que efectivamente recibieron plata de Inserel, pero que la entregaron a Teófilo y a Funcodent.

Uno de ellos, confirmó que Inserel le aportó dineros a Funcodent para desarrollar la obra y corroboró que a Teófilo le dijeron que estaba loco cuando sacó a Mauricio del proyecto, “porque era el que aportaba los recursos”. La misma fuente señaló que el representante legal de Funcodent se inventó el cuento de que sus “empleados de confianza” le habían robado dinero. Al contrario, afirmó, en su caso le quedaron debiendo salarios y está dispuesto a que la Fiscalía lo esculque, si es del caso más adelante.

Otro de los “empleados de confianza” de Teófilo que recibió dineros de Inserel y que dice haberlos transferido a Funcodent, también calificó como mentira el supuesto robo. Así mismo, reveló que él también consiguió con terceros dinero para Torres del Este y que hoy tiene que responderles a esos prestamistas por unos 800 millones de pesos.

El gerente de Inserel asegura que a Funcodent y a Teófilo les entregó más de 791 millones de pesos. Esos dineros, aclara Mauricio, “no están en la obra, porque esta última la hicimos nosotros”.

El exconstructor sostiene que, con intereses, la plata entregada a Funcodent y a su representante legal pasa de 1.800 millones de pesos.

“La deuda está respaldada por tres pagarés, pero aún así Teófilo la ha negado. Cuando le habíamos entregado unos 800 millones pedimos documentos de respaldo y en ese momento nos enteramos de que los profesionales que trabajaban con Teófilo, Gildardo Uribe, Edward Gallego y Arley Cuesta, no eran socios de la Fundación, sino asesores de él. Mejor dicho, estábamos haciendo negocios con una entidad de papel y Teófilo no quiso abrirles espacio, pues dijo que ellos querían quedarse con la fundación”.

Otros dineros que, según Mauricio, se manejaron en Torres del Este pero que no están reconocidos por el Isvimed dentro de la obra, son 410 millones de pesos en abonos al dinero aportado por Arley y 418 millones de pesos pagados por el lote. El listado incluye 200 millones de pesos que, según Inserel, le entregaron a Teófilo para otra obra que éste último tenía en Quibdó, Chocó, y en la que, aparentemente, también eran socios.

Inserel ve complicada la recuperación del dinero que enterró en Torres del Este, un proyecto que nació con grandes deficiencias y que hoy lo tienen sin una fecha cierta de entrega a las 260 familias beneficiarias de los subsidios.

Mauricio cuenta que al llegar en 2011, Teófilo había pactado que al administrador lo remuneraría con el 10 por ciento del valor del proyecto. Eso, comenta el empresario, era desmedido, pues significaba más de 1.000 millones de pesos. Según su experiencia, Torres del Este daría como utilidad entre el 5 y el 8 por ciento del valor del proyecto. En el mejor de los casos, serían 845 millones de pesos para repartir entre los socios.

De acuerdo con el contrato de cuentas en participación suscrito en 2011, los socios, o comerciantes, como reza el documento, el 25 por ciento de las ganancias sería para Inserel y el 75 por ciento restante para Teófilo y sus tres asesores. Mauricio acepta que las ganancias no daban para que alguno de los “comerciantes” comprara en forma anticipada locales comerciales, camioneta y apartamento.

Mauricio Zapata Alzate aprendió la lección y paga por ello un duro precio, pues afirma que “salvar el dinero es difícil. Fuimos unos estúpidos, al entregar tanta plata sin contraprestación”.

Este diario buscó la opinión de Teófilo Palacios, pero él no respondió los mensajes.