Comercio sexual impulsa consumo de popper
Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.
La rumba de explotación sexual y drogas estaba en furor en una finca de la vereda El Zarzal, en el municipio antioqueño de Copacabana. Por eso nadie se percató que la Policía los rodeaba.
Cuando los agentes allanaron el lugar, en la noche del 21 de diciembre de 2017, encontraron 14 mujeres adolescentes y nueve adultas, en un bacanal orquestado por un pedófilo peruano con nacionalidad estadounidense, apodado “Pool”. En el sitio decomisaron diversas dosis de basuco, tusibí y tres frascos de popper, un inhalante importado que los traficantes han posicionado como “la droga del sexo”.
La coronel Angélica Bedoya Giraldo, jefa del Área de Prevención de la Dirección Antinarcóticos (Dirán), dijo que Antioquia sigue siendo el departamento con mayor consumo de esa sustancia en el país.
La más reciente estadística sobre el tema es del Observatorio de Drogas del Minjusticia, en el Estudio de Consumo de Sustancias Sicoactivas en Población Escolar (2016). Hay que aclarar que no hay informes más nuevos porque, según Óscar Santana, director del Observatorio, “la encuesta sobre consumo se hace cada cinco años, por norma del Consejo Nacional de Estupefacientes”.
En todo caso, aquel análisis concluyó que “entre los consumidores de alguna sustancia en el último año, en Antioquia el 24,6% de ellos son usuarios exclusivos de popper, incluso más alto que el porcentaje de usuarios exclusivos de marihuana en ese departamento (17,2%)”.
Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (Sisc) de la Alcaldía, en Medellín se incautaron 5.330 unidades de popper en 2017; en 2018, fueron 715; y en lo que va corrido de 2019 (hasta abril 6), van 151.
Comercio sexual
El último decomiso fue el 26 de febrero en Barrio Antioquia, donde el CTI allanó la casa de un distribuidor y encontró 65 kilos de marihuana y 100 frascos de popper.
Aunque la sustancia se expende en plazas de vicio, los principales lugares de venta son las tiendas de sexo (sex shop), pues el popper no está considerado por las autoridades como un estupefaciente.
“Solo lo pueden vender sitios autorizados, como las sex shop, cumpliendo los requisitos de importación, licencia de comercialización y las normas de las autoridades sanitaria. Lo malo es que casi siempre se venden sin permiso y en muchos casos llegan a manos de menores de edad”, advirtió la coronel Bedoya.
Este diario consultó sobre el tema a cuatro vendedores de estas tiendas en Medellín. Bajo reserva de identidad, señalaron que no les venden a adolescentes, pero que al igual que el licor o los cigarrillos, no pueden controlar que la sustancia llegue a esa población al final de la cadena.
En términos del marketing, los comerciantes de popper se aprovechan de algunos mitos, como que aumenta el deseo y la capacidad sexual de quien lo consume.
El toxicólogo clínico Hugo Gallego Rojas, con 20 años de experiencia en estas lides y docente de Medicina de la Universidad de Antioquia, contó que incluso hay discotecas del Valle de Aburrá que en plena rumba esparcen la sustancia en el aire, por medio de las máquinas de vapor.
El doctor es enfático en decir que no hay evidencia científica de que el popper mejore la respuesta sexual, pero eso no detiene a los degenerados como “Pool”, que a punta de “carreta” enredan a las adolescente en su trama ilegal.