Antioquia

Desempleo juvenil sigue al alza en el área metropolitana

Según Medellín Cómo Vamos, desocupación entre los 18 y 25 años es la más alta desde 2014.

Periodista del Área Metro. Me interesa la memoria histórica, los temas culturales y los relatos que sean un punto de encuentro con la ciudad en la que vivo, las personas que la habitan y las historias que reservan.

13 de agosto de 2019

En el Valle de Aburrá, uno de cada cinco jóvenes buscó empleo durante el año pasado, pero no lo encontró. Esto significa que 2018 cerró con 116.621 jóvenes desempleados en el área metropolitana, 10.175 más que en 2017.

Este es, precisamente, uno de los indicadores críticos del informe ¿Cómo va la calidad de vida de los jóvenes en Medellín y la región metropolitana?, publicado ayer por Medellín Cómo Vamos. La tasa de desempleo juvenil pasó de 18,4% en 2017 a 19,8% en 2018, la más alta de los últimos cinco años (en 2014 fue de 17 %).

“El panorama es desalentador”, dijo Ana Vergara*, una joven de 24 años. Agregó que a pesar de que sí hay trabajo, está mal remunerado o las ofertas están direccionadas a áreas específicas que exigen experiencia que un recién graduado no puede demostrar.

El informe de Medellín Cómo Vamos, en ese sentido, mostró que el 42 % de los jóvenes de la ciudad entre 18 y 25 años consideró que no fue fácil encontrar trabajo el año pasado.

Ni trabajando, ni estudiando

Pero el problema no es solo que los jóvenes no consiguen un empleo, sino que tampoco están dentro del sistema educativo. Según el informe, en 2018 reportaron 169.143 “ninis” (ni estudiaban ni trabajaban), lo que se significa que 18,4 % de los jóvenes están por fuera del mercado laboral y de los centros de formación.

Las mujeres jóvenes son las que evidencian mayor vulnerabilidad, puesto que agrupan 55% de los desempleados.

Para el investigador Luis Fernando Agudelo, autor del informe Los jóvenes en la casa y en la esquina: la oportunidad perdida, del Observatorio de Políticas Públicas del Concejo de Medellín, la ciudad debe repensar el modelo de implementación de políticas públicas en esta área. No se trata simplemente de aumentar el gasto y la cobertura, indicó Agudelo, si no se crean procesos de priorización que mejoren el conocimiento de quienes son “ninis”, dónde están y qué necesidades tienen.

“El esquema de ofertar programas no sirve si no cambia la manera de intervenir el territorio. Iniciativas como la sede universitaria en la comuna 13 deben ser oportunidad para generar una política perfilada para las necesidades de esa población”, dijo.

Alejandro De Bedout Hernández, secretario de la Juventud de Medellín, precisó que las cifras de “ninis” que se han publicado deben analizarse con lupa. “Algunos jóvenes están en emprendimientos de industrias creativas porque quieren vivir del arte o la música. No es que no estén haciendo nada en la casa, el error es que lo están haciendo en la informalidad”, añadió.

La administración municipal dispone de la plataforma en línea Medellín Joven (www.medellinjoven.com/empleo) en donde pueden consultarse oportunidades laborales discriminadas por áreas y también programas culturales por comunas.

Según Medellín Cómo Vamos, desde 2016 el porcentaje de ocupados no afiliados al sistema de salud ha venido en aumento hasta alcanzar en 2018 una cifra de 7,5 % para jóvenes y 4 % para el resto de la población ocupada.

Brecha educativa, primer lío

Piedad Patricia Restrepo, coordinadora de Medellín Cómo Vamos, precisó que uno de los factores más preocupantes es que en 2018 los jóvenes de los hogares con ingresos más bajos alcanzaron apenas 10,3 años de escolaridad (es decir, ni siquiera se han graduado del bachillerato).

Esto significa 2,1 años de brecha educativa con relación a jóvenes de hogares con ingresos más altos (alcanzaron los 12,5 años de escolaridad).

Así, aquellos jóvenes menos preparados están más expuestos al desempleo e informalidad y en mayor riesgo de ser reclutados por grupos delincuenciales.

“Es fundamental mantener a los jóvenes en la escuela. Sin eso es imposible”, dijo Restrepo. Agregó que la formación debe ser pertinente, y que los jóvenes deben ser motivados por las familias para que vean la educación como medio de ascenso social. Si salen del sistema sin ser bachilleres, puntualizó, reproducen los ciclos de pobreza y exclusión.

Según Vergara, la mayoría de las publicaciones en las páginas de las alcaldías dedicadas a promover el empleo están enfocadas a eventos o programación cultural. La oferta ahí no es ni suficiente ni apropiada, añadió, y los jóvenes continúan en el limbo, entre la desazón por los múltiples rechazos o las vacantes que ni siquiera son pagas .

*Nombre cambiado a petición de la fuente