Antioquia

¿Esta semana licitación por Hidrotuango verá la luz al final del túnel?

Este miércoles se espera que el proyecto reciba las ofertas finales para las obras de su segunda fase. El proceso sigue lleno de dudas e interrogantes.

05 de diciembre de 2022

Después de cinco aplazamientos consecutivos, si todo sigue según lo previsto, este 7 de diciembre EPM cerrará el plazo para recibir las ofertas finales de la licitación por la culminación de Hidroituango.

En medio de un panorama incierto, marcado por la salida del Consorcio CCC Ituango (CCCI) de las obras, y una serie de nubarrones y suspicacias que acechan al proceso, la hidroeléctrica volverá aeste miércoles a un momento decisivo.

Desde abril, este proceso ha desatado un intenso debate y múltiples preocupaciones entre las empresas que compraron los derechos de participación.

La cada vez más compleja tarea de conseguir un seguro, al que le está sacando el cuerpo el sector asegurador, y los interrogantes que se han cernido sobre el empalme aparecen como los obstáculos más grandes para los interesados.

Un paisaje al que se suman los difusos plazos que maneja EPM para el inicio de las obras civiles de esa segunda etapa, que, como mínimo, no arrancarían hasta mayo de 2023, de acuerdo con el cronograma que calculaba la empresa en octubre.

Unidades sin diagnóstico

Vale recordar que de las ocho unidades de generación que componen a Hidroituango, la llamada segunda etapa incluye las unidades 5, 6, 7 y 8. A raíz de los compromisos adquiridos por EPM ante la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), los trabajos de estas últimas cuatro unidades han quedado relegados a un segundo plano, para dar prioridad a las unidades 1, 2, 3 y 4.

En respuesta a múltiples oficios formulados por congresistas y corporados locales, EPM ha soltado algunas pistas sobre su diagnóstico de esas últimas unidades, admitiendo que en gran medida es un interrogante.

Salvo algunos trabajos que el constructor saliente alcanzó a hacer en las unidades 5 y 6, como labores de estabilización y el levantamiento de un muro temporal que permitirá al puente grúa ensamblar las futuras unidades, en realidad es muy poco lo que se sabe sobre el estado de estas unidades faltantes.

Mientras en el caso de las unidades 5 y 6, por ejemplo, el estado de sus estructuras sigue siendo un enigma, debido a que su área circundante fue usada para apoyar el ensamblaje de las unidades 1 a la 4, en las unidades 7 y 8 el panorama es similar.

Según el diagnóstico de EPM, “debido a que las inspecciones sólo pueden ser realizadas en la medida en que se avanza con los tratamientos”, en las unidades 5 y 6 no se conoce el estado de las estructuras por debajo de los 217,5 metros sobre el nivel del mar. “Tampoco es posible determinar con total precisión el estado actual de las obras correspondientes a las unidades de generación 7 y 8, ya que sobre dichas unidades aún persiste un volumen importante de material aluvial alojado con motivo del paso del río Cauca por el sistema de cavernas, el cual no puede ser aún evacuado, pues su acarreo interrumpiría el ensamblaje de los equipos electromecánicos de las unidades de generación 1 a 4”, consignó EPM en un oficio el 31 de octubre.

Pese a este panorama, desde EPM, el vicepresidente de Proyectos Generación y Energía, William Giraldo Jiménez, se mostraba optimista y planteaba que el proyecto veía con buenos ojos la recuperación de esa zona de la casa de máquinas.

“En la segunda etapa no hubo la circulación de agua que tuvimos durante 271 días en la primera etapa, entonces allí la recuperación será más rápida, son cavernas más estables”, expresó ese funcionario.

Nube de interrogantes

El enigma por el estado de esas cuatro unidades está estrechamente ligado a la incertidumbre por el aseguramiento del proyecto, que se convirtió en una verdadera papa caliente para las aseguradoras nacionales e internacionales.

Desde mediados de este año, una de las voces que ha ilustrado el dilema ha sido José Fernando Villegas, director en Antioquia de la Cámara Colombiana de Infraestructura.

En plata blanca, el líder plantea que para una compañía de seguros resulta problemático subirse al bus de las obras finales sin siquiera saber que podría pasar durante el desarrollo de los trabajos.

Consciente de ese problema, y buscando de paso curarse en salud, el camino escogido por EPM fue dejar en los pliegos la condiciones la exigencia de que el constructor que sea escogido para la segunda fase se encargara por cuenta propia de resolver su aseguramiento, siendo esta la principal razón detrás de los múltiples aplazamientos que ha sufrido la licitación.

“Es como si EPM dijera: vea, usted tiene que entrar a una caverna que se está derrumbando y tiene que ponerme a funcionar allá cuatro unidades, pero lo que pase allá adentro es responsabilidad suya (...). Las condiciones de transmisión de riesgo para el contratista son casi un suicidio”, dijo el líder gremial.

A causa de los múltiples aplazamientos, a esa encrucijada se suma que los expertos del Consorcio CCCI, que enfrentaron la contingencia de 2018, ya no estarán para hacer un empalme, pese a las múltiples alertas que expertos y hasta firmas de ingeniería formularon insistentemente e EPM y la Alcaldía de Medellín sobre ese tema.

Así las cosas, la hora cero, fijada para este 7 de diciembre a las 4:00 de la tarde, se aproxima nuevamente con más dudas que certezas.