Antioquia

Este año 745 personas han intentado quitarse la vida en Antioquia: busque ayude en estas líneas telefónicas

El Hospital Mental de Antioquia tiene una ocupación del 100% en hospitalización. Estas son las líneas de atención si necesita ayuda. El uso moderado de redes sociales, el buen dormir y la actividad física son claves para prevenir.

Administrador sin ejercicio y periodista sin sección

27 de febrero de 2024

La salud mental de los antioqueños está en una crisis sin parangón que requiere la atención urgente de las autoridades, la academia y la ciudadanía. De acuerdo con la información publicada en el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila), con corte al 26 de febrero, en Antioquia se presentaron 745 intentos de suicidio en los primeros 57 días al año, eso significa que al día más de 13 personas intentan quitarse la vida. Es el departamento con más casos, detrás está Bogotá con 530, Valle con 391, Cundinamarca con 279 y Atlántico con 220.

Dos de cada tres personas que intentan quitarse la vida en el departamento son mujeres y el 57% del total pertenecen a los estratos 1 y 2.

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Pero no es el único indicador alarmante. El Hospital Mental de Antioquia, el más grande del país en su especialidad, no tiene ninguna de sus 285 camas de hospitalización disponible y los pacientes que las siguen requiriendo están en lista de espera. De acuerdo con Cecilia Taborda, la actual subgerente de prestación del servicio del Hospital, al día están recibiendo entre 20 y 24 pacientes que requieren hospitalización por cuadros de trastorno bipolar, esquizofrenia, depresión o ansiedad.

Este pico de pacientes que requieren atención por diferentes enfermedades asociadas a la salud mental estaba previsto desde el pasado diciembre, pues normalmente en los primeros meses del año, entre mediados de enero y finales de febrero, es frecuente que más personas acudan a estas urgencias porque en las fiestas navideñas hay abusos de sustancias psicoactivas como el licor o las drogas o en algunos casos se suspenden los tratamientos psiquiátricos. Esto sumado al estrés o a la angustia que puede generar retomar la rutina o incluso un aumento en los casos de violencia familiar. Sin embargo, las estimaciones pronosticaban una ocupación entre el 80 y 90%, más no el tope del 100% que hay actualmente.

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Pero no solo en el Hospital Mental de Antioquia (Homo) han aumentado los pacientes, por ejemplo en la Clínica Ces están recibiendo entre 8 y 10 personas diarias en urgencias cuando en un día “normal” reciben entre 4 y 6 pacientes. En este momento tienen una lista de espera de 10 pacientes diarios en promedio que esperan remisión desde y hacia la clínica.

No obstante, consultamos en la Secretaría de Salud de Medellín, donde ocurren casi el 50% de los intentos de suicidio del departamento, y respondieron que no tenían registrado ningún pico ni ninguna alerta en los casos de emergencias por enfermedad mental en la ciudad.

Para el psiquiatra y profesor de la facultad de medicina de la Universidad de Antioquia, Diego Espíndola, ese aumento en las enfermedades mentales tiene múltiples causas, pues si bien Antioquia es un departamento en el que históricamente se ha evidenciado una vulnerabilidad genética respecto a enfermedades mentales, también hay varios factores exógenos (externos, del ambiente) que contribuyen. Uno de ellos, dice Espíndola, es la importancia que como sociedad e individuos le damos al desempeño y a la productividad, que suele aumentar los niveles de ansiedad, estrés o frustración.

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Asimismo, pueden influir la cantidad de estimulantes que se consumen, desde el alcohol o las drogas, hasta la cafeína o el tiempo que pasamos consumiendo redes sociales. Pero también podrían estar incidiendo factores como la contaminación del aire o los efectos del cambio climático que estamos viviendo en la ciudad.

El psiquiatra además señala que los servicios de salud muchas veces pueden ser hostiles y que el acceso está centralizado, de manera que toda persona que tiene un episodio crítico o síntomas avanzados llega al Homo, que aunque se siga ampliando siempre se va a quedar pequeño si no se fortalece la prevención y la atención temprana. Además, dice Espíndola, el estigma social que hay hacia las enfermedades de salud mental también contribuye a que las personas no hablen o no pidan ayuda cuando los síntomas comienzan a aparecer y se pueden tomar acciones antes de llegar a un servicio de urgencias o de hospitalización.

Desde una perspectiva más oriental, el médico Iván Tobón, dedicado a la medicina tradicional china, coincide con Espíndola en que los niveles de competitividad laboral o personal a los que estamos expuestos actualmente tienen una incidencia importante en el aumento de estas enfermedades. Que el bienestar emocional dependa principalmente de lo que se considera un éxito o un fracaso hace que estemos expuestos frecuentemente a la frustración y a mirar al pasado (que puede llevarnos a la depresión) o al futuro (que puede causar ansiedad) sin enfocarnos en el momento presente.

Para Tobón, además esta crisis en la salud mental puede explicarse por la disociación que hay entre lo que muchas veces pensamos, sentimos y hacemos. “Si vos sentís que querés ser músico y eso es lo que te gusta, pero luego por una presión económica te metés a hacer otra cosa, ahí hay una especie de esquizofrenia”, dice. Otro factor determinante, dice Tobón, puede ser el aumento de la mentira, que va de la mano del uso de las redes sociales, especialmente en los jóvenes. “Allí las personas mienten para pertenecer a un grupo y el fenómeno de los influencers es realmente una idolatría para llenar un vacío, porque la gente cree que los demás pueden cumplir algo que ellos no, pero eso casi nunca es así”, añade.

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Espíndola también es enfático en que el uso excesivo de las redes sociales y el tiempo que pasamos en pantalla contribuyen a una degeneración de la salud mental. No solo porque lo que vemos allí puede generar ansiedad y frustración, especialmente entre niños y adolescentes, sino porque puede afectar los ciclos del sueño y el buen dormir es precisamente uno de los mejores antídotos contra los trastornos mentales.

Y en esto también coinciden ambos: la buena calidad de vida, practicar ejercicio, dormir bien, comer balanceado y tener momentos de meditación o de relajación son fundamentales para el cuidado de la psiquis. Pero, sobre todo, es fundamental hablar de salud mental y pedir ayuda siempre que sea necesario.

“Hay que preguntarle a los seres queridos cómo están e incluso si han pensado en suicidarse. Eso no tiene nada de malo, preguntar salva vidas, es protector, si conocemos cómo está el otro también podemos prevenir. La enfermedad mental no es una condición diferente y se puede intervenir”, agrega Espíndola.

De allí la importancia de reconocer a tiempo los síntomas de la enfermedad mental, como cambios en el estado de ánimos persistentes, la afectación del ciclo del sueño o la afectación de la energía para hacer las cosas, las dificultades interpersonales, la aparición de la irritabilidad o los conflictos frecuentes o las quejas negativas acerca de cuestionarse por el sentido de la vida o mencionar de manera activa que hay ideas de suicidio.

La Alcaldía de Medellín tiene habilitada la Línea Amiga Saludable en el (604) 4444448 o en el 106. Allí hay psicólogos profesionales que brindan acompañamiento por teléfono de forma gratuita las 24 horas del día. Asimismo, en diferentes puntos de la ciudad (ver imagen) están disponibles los Escuchaderos que funcionan gratis entre 9 de la mañana y 5 de la tarde. Allí también hay profesionales brindando acompañamiento psicológico. La caja de compensación Comfama también tiene una red de cuidado y salud mental que ofrece apoyo psicológico gratuito para afiliados y no afiliados en este link.

Hasta el año pasado la Gobernación de Antioquia tuvo una línea telefónica de acompañamiento en salud mental llamada “Salud para el alma” que se inauguró en la pandemia y que atendió a más de 5.000 antioqueños, pero se encuentra actualmente fuera de servicio. Consultamos en la Gobernación las razones para suspender el programa y respondieron que se encontraba en proceso de “reestructuración para fortalecerla y articularla con la Alcaldía de Medellín para que sea todo un ecosistema de atención en salud mental de los ciudadanos”.