Las obras del artista Julio Monsalve ocupan tres paredes de la galería de Art Laboratorio. Es la primera exposición de este nuevo lugar para la cultura en el Oriente antioqueño.
La puerta principal de la casa roja lleva al salón que puede ser galería o también multipropósito. Eso depende de las ideas. Luego hay que rodear la casa para encontrarse con el taller de teatro y danza –el de los espejos– y después el de artes –el de las mesas y las cuerdas que tienen ganchos de colores–. También hay uno para música, aunque todavía lo andan organizando.
Art Laboratorio es un espacio, explica Clara Mónica Zapata, directora de proyectos, para el desarrollo y la cultura de esta subregión del departamento.
Cuando empezaron a pensar el proyecto hicieron un estudio de las necesidades. Pensaron en una escuela, en una galería, en un lugar para aprender teatro, hasta que llegaron a lo específico. Lo que hacía falta, dice Fernando Henao, director artístico, era un lugar de encuentro donde los artistas, los gestores culturales y las personas de la cultura y el arte se pudieran encontrar.
“Aunque los 23 municipios del Oriente trabajan y hay unas redes, cada uno termina haciendo por su lado. Nuestro afán y necesidad es pensar que podemos generar procesos, proyectos e ideas en común acuerdo”.
En el nombre está lo principal. Esta casa que también está pintada de verde es un laboratorio y la propuesta además pasa por la experimentación, por hacer búsquedas personales. Ellos no se llaman docentes ni maestros, sino mediadores, porque lo que les interesa es intermediar lo que siente una persona por el arte, su inquietud específica, con los elementos técnicos de ese lenguaje. “El lenguaje –añade Fernando–, esa conexión entre la técnica y lo que significa ser artista , que es manifestación de sensaciones y emociones, lo descubre cada uno”.
Un ejemplo. Tres jóvenes en el taller de teatro andan en la búsqueda de un lenguaje propio a partir de elementos de confianza. Para ello, el teatro es el medio, no las artes visuales ni la música, que no les interesan, pero sí la danza, por lo que también hay taller de danza, en tanto elemento de comunicación y lenguaje.
“El concepto de laboratorio –explica Clara Mónica– es muy importante. Este espacio es para producir, crear, generar alternativas, y también se convierte en un referente donde la gente puede llegar a traer proyectos nuevos, de debate”.