Los vinos rosados y blancos, por su carácter fresco y ligero, son ideales para los destinos o temporadas veraniegas. Sin embargo, existen otras maneras de beber vino, incluso el tinto, mezclándolo con jugos, frutas, sodas y unos cuantos cubos de hielo como es tradición en países con clima mediterráneo.
España se destaca en este ámbito con bebidas refrescantes como la sangría, el tinto de verano y el calimocho, mientras que Suramérica, sin quedarse atrás, se identifica con el Clericot.
“Estas bebidas suelen consumirse frías y son perfectas cuando estamos en la terraza de un restaurante, al borde de una piscina, tomando el sol en la playa o en un día de picnic. Son suaves, refrescantes, tienen un grado de alcohol bajo y su acidez es exquisita, además permiten un maridaje amplio y descomplicado, ya que puede acompañar pasabocas, tapas, pizzas y parrilla”, explica la somelier Juliana Vera.
Para prepararlos se puede elegir un vino joven y de precio asequible, ideal para hacer bebidas de primera, sin olvidar enfriarlo con antelación.
A continuación, tres recetas de origen argentino, español e italiano: