Las frutas que en las tiendas están en nevera deben conservar su cadena de frío, es decir, deben guardarse en la nevera de la casa; las que están en estanterías pueden permanecer afuera, en la canasta dispuesta para ellas.
Lo ideal de las frutas es consumirlas frescas, pero es normal que por los ritmos de vida actual no se tenga el tiempo para ir a la plaza con frecuencia, así que el mejor aliado para conservarlas en casa —cuando han alcanzado el punto de maduración deseado— es el refrigerador.
Conservarlas de la manera más óptima implica lavarlas, pelarlas (las que no se ingieren con piel) y picarlas en rodajas o en las porciones que se necesite. Mariana Gaviria, chef y coach de nutrición holística, asegura que lo más práctico e higiénico es refrigerar las frutas picadas y listas para usar, pues manipularlas enteras y congeladas es complejo. Lo preferible es que pasen de la nevera directamente a la preparación o al plato.
Si el congelador se comparte con carnes, pollos y pescados, los vegetales y frutas deben ir en la parte de arriba y las proteínas crudas en la parte de abajo para evitar la contaminación cruzada que puede surgir por los líquidos que destilan las proteínas. Además, se recomienda limpiar la nevera cada 8 o 15 días, dependiendo del número de personas que vivan en casa y del tráfico de alimentos que pasan por la nevera.
Las frutas congeladas son igual de ricas en nutrientes y vitaminas que las frescas. No es cierto que pierdan sus propiedades ni su sabor; sin embargo, la textura sí cambia con la cadena de frío y pierden su belleza natural. Ese cambio en el aspecto limita su uso en preparaciones donde la fruta esté expuesta, aun así, sigue siendo ideal para sopas, salsas, batidos, helados, jugos o para acompañar el cereal, los pancakes y el yogur.
Las mejores frutas para congelar son:
- Piñas: sin piel, sin el corazón y en trozos pequeños. La piña congelada también es como una paleta natural que le gusta mucho a los niños.
- Bayas: tienen una vida muy corta en la nevera porque son propensas al hongo que genera la humedad. Antes de congelar retire sus hojas.
- Plátanos: si se congela con piel se pondrá negra, pero se conservará igual. Por facilidad se recomienda pelarlos y partirlos a la mitad.
- Aguacate: se pasa de su grado de madurez con facilidad, y una vez separado de la pepa se pone negro y no se conserva. En el congelador, sin piel y en cuadros, dura el tiempo que se desee.
- Higos: enteros o en mitades y sin tallo es la forma correcta de congelarlos.
- Mangos: descarte la piel y la pulpa. Córtalo en cubos pequeños antes de llevar al refrigerador.
- Melocotón: aunque pueden conservar la piel, se recomienda cortarlos para retirar el corazón.