En solo 40 años, el consumo de materiales extraídos a la Tierra se triplicó al pasar de 22.000 millones de toneladas (1970) a 70.000 millones (2010), un consumo exagerado activado por una clase media creciente y demandante.
Un ritmo que tal vez el planeta no aguante. A 2050 se prevé que la extracción será de 180.000 millones de toneladas para suplir las necesidades con el modelo actual de desarrollo y vida.
Combustibles fósiles, metales y otras materias primas jalonan la demanda que incide no solo en el cambio climático, sino en la biodiversidad, para conducir al agotamiento.
Las cifras, aportadas por el Panel Internacional de Recursos (IRP), patrocinado por el Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (Pnuma), son reforzadas por otro comprometedor informe.
Hoy, 8 de agosto, la humanidad habrá consumido el presupuesto de la naturaleza para el año, según la Red Global de la Huella Ecológica, que mide el consumo de recursos desde el año 2000 y por eso marca esta fecha como el Día del Sobregiro de la Tierra.
A partir de hoy y hasta terminar 2016 se consumirá más de lo que el planeta puede recuperar de manera natural.
Si bien hace 13 años el agotamiento se daba en septiembre, en las primeras mediciones cada año se consumían los recursos 3 días antes, hoy el ritmo es menor: en los últimos 5 años el adelanto es de 1 día. Y esa fecha es hoy.
Desagregación
“La tasa alarmante a la que actualmente se están extrayendo materiales ya está teniendo un impacto grave en la salud humana y la calidad de vida de las personas”, opinó Alicia Bárcena, copresidenta del IRP. Los patrones imperantes de producción y consumo son insostenibles, sugirió.
Esta tasa agudizará el cambio climático, aumentará la contaminación atmosférica, afectará la biodiversidad y agotará los recursos naturales.
El estudio reveló que los países más ricos consumen, en promedio, diez veces más que los más pobres y dos veces más que el promedio mundial.
Encabezan la tabla Europa y América del Norte, que en 2010 tenían una huella de consumo de materiales per cápita de 20 y 25 toneladas año. China tenía una huella de consumo de materiales de 14 toneladas per cápita y a su vez Brasil de 13.
El reporte dice que la huella anual per cápita de Asia-Pacífico, América Latina y el Caribe, y Asia Occidental, varía entre nueve y diez toneladas. La de África es menor a tres toneladas per cápita.
Pero las cifras que más pesan son las globales para entender la magnitud de la extracción. Desde 2000, el uso de materiales se aceleró a medida que las economías emergentes como China experimentaban transformaciones industriales y urbanas que requieren cantidades sin precedentes de hierro, acero, cemento, energía y materiales de construcción.
A eso se agrega que hoy es menor la eficiencia, que cae desde comienzos de esa década. Ahora la economía global requiere más materiales por unidad del PIB de las que requería a principios de siglo, al desplazarse la producción de economías eficientes en el uso como Japón, Corea del Sur y Europa, a otras mucho menos eficientes como China, India y Asia Suroriental.
Bárcena enfatizó que “debemos enfrentar urgentemente este problema, antes de que agotemos de forma irreversible recursos que impulsan a nuestras economías y sacan a de la pobreza”, una situación difícil que exige replantear la gobernanza de la extracción de los recursos naturales.
“Una nueva forma de vivir traerá muchas ventajas, pero hacer que suceda requiere esfuerzos”, en palabras de Mathis Wackernagel, CEO de la Red Global.
La idea es esa.
10
toneladas de materiales per cápita se extrajeron en 2010, frente a 7 en 1970. Inciden en la calidad de vida
2
años, durante el receso económico de 2008 y 2009 cayó la extracción, pero luego retomó el ritmo