¿Resucitar al mamut lanudo? ¿Editar un embrión humano? ¿Eliminar una especie entera que consideramos dañina? El descubrimiento más importante de los últimos cinco años es para muchos científicos el Crispr/Cas9, una técnica de edición genética con la que se puede cortar un pedazo del genoma para alterar o crear una nueva función.
Gabriel Bedoya, biólogo experto en genética y evolución humana de la Universidad de Antioquia, aseguró que “las técnicas de manipulación del material genético, que han pasado de la ficción a la realidad en medio siglo, hacen parte de la evolución de la especie. Un instrumento como Crispr/Cas9 puede servirle a la humanidad para salvar su especie cuando el medio ambiente sufra cambios tan drásticos que solo sobrevivan los editados”.
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Según Bedoya esto no es una entelequia, “es solo que la población humana no ha sido retada de verdad, de forma que tenga que dar una respuesta emergente. Entonces aparecerá la verdadera ética, que es ese principio altruista libre de parentesco, en el que prime la supervivencia de la especie”.
Este tipo de ciencia avanza mucho más rápido que los mecanismos de regulación que la rigen. Así que en los últimos años, varios científicos han asumido la misión de hacer que la mayor cantidad de personas entienda estas tecnologías y sus consecuencias.
Bedoya sostiene: “El sistema humano es tan complejo que las reglas de la ética formal no detienen los avances tecnológicos y lo que siempre aparece es la pregunta: ¿cuál será el destino de este mamífero en el planeta?”.
Crispr con mesura
Eliminar enfermedades como el alzheimer, el síndrome de down o algunos tipos de cáncer; modificar la estatura, el color de los ojos o las capacidades mentales son solo algunos ejemplos del poder que confiere la manipulación del ADN.
Las técnicas para cambiar controladamente los fragmentos del material hereditario existen hace más de 40 años; sin embargo, el desarrollo reciente del método Crispr/Cas9 enciende las alarmas en la comunidad científica. En 2015, antes de que se publicaran los estudios que involucraban el uso de herramientas para la edición genética que modificaran el ADN de embriones humanos, un grupo de prestigiosos biólogos, entre ellos Edward Lanphier y Fyodor Urnov, emitió un comunicado en la revista especializada Nature. En este hacían un llamado a la mesura y resaltaban la necesidad de construir normas que regularan estas técnicas.
El texto titulado No editen la línea germinal humana asegura que “las modificaciones genéticas humanas hereditarias plantean serios riesgos y los beneficios son tenues”.
Al modificar la llamada línea germinal, que comprende espermatozoides y óvulos, los cambios introducidos con Crispr en un individuo se transmitirían de generación en generación.
El dilema ético aparece. ¿Qué tal tener un bebé de diseño? ¿Qué tal si los futuros padres y los científicos decidieran juntos optar por esa vía? ¿Y qué tal si no? ¿Si mucha gente pensara que es una mala idea, pero otros familiares, colegas y amigos tomaran esa decisión?
Quienes estén a favor, en un par de años, podrían contratar a científicos por varios miles de dólares para modificar un completo panel de embriones humanos. Luego podrían usar pruebas genéticas, y predecir que uno de estos embriones sería el mejor de su serie.
Toda esa generación de niños modificados se apreciaría más saludable que la progenitora. Tendría menores costos en atención médica. Sería inmune a una gran cantidad de males, incluso al VIH-Sida y a enfermedades genéticas.
“Aunque para muchos esto suena genial, la mayoría de gente no podría evitar tener esa perturbadora sensación, un presentimiento de que hay algo que no está del todo bien”, aseguró el científico biomédico y escritor sobre células madre y genética Paul Knoepfler en una charla divulgativa.
Knoeplfler también se preguntó sobre cómo los gobiernos comenzarán a interesarse por la modificación genética. Niños así podrían ser más saludables, de esa manera, “si hay una generación que parece tener un menor costo en atención médica, es posible que los gobiernos comiencen a obligar a los ciudadanos a seguir esta vía. Miremos la ley china: un hijo por familia. Se cree que esto impidió el nacimiento de 400 millones de seres humanos. No está lejos que la modificación genética pueda ser algo que el gobierno exija”.
Si el diseño de bebés se hace popular en la era digital de videos virales y redes sociales, “¿qué tal si su diseño se considera una moda, y se vuelven las nuevas personalidades, algo así como los nuevos Kardashian?”, se cuestionó Knoeplfler.
¿Hasta dónde debería llevarse y a qué ritmo? ¿Se deberían modificar embriones humanos para eliminar características perjudiciales y añadir otras beneficiosas? La perspectiva es real y ya preocupa hasta a algunos de los primeros desarrolladores de esta tecnología.
Por esto hace varias semanas, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció que $ 65 millones se destinarán a proyectos de edición de genes, incluyendo cómo hacer que Crispr sea más seguro.
Últimas noticias del Crispr
En agosto de 2017, el investigador de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón (EE. UU.), Shoukhrat Mitalipov, y su equipo informaron que habían editado con éxito mutaciones perjudiciales de genes en embriones humanos.
Según un detallado informe publicado en Nature, los científicos señalaron que es posible corregir una mutación en el gen MYBPC3, el responsable de una enfermedad cardíaca hereditaria mortal, la miocardiopatía hipertrófica.
El equipo de Mitalipov introdujo una versión saludable del gen, pero encontraron que los embriones corregidos lo habían rechazado en la versión materna.
Esto es lo último en una serie de primeras ediciones de genes facilitadas por Crispr, que ha permitido a científicos, empresarios –incluso a estudiantes de escuelas– recortar, insertar y eliminar material genético con una precisión y facilidad sin precedentes.
Ya hay polémica y quienes cuestionan si la técnica realmente arregló una mutación genética como se afirma.
El origen de una nueva “raza” de humanos o que los padres puedan elegir las características físicas o mentales de sus hijos son algunas de las ideas que se tejen alrededor de este tema. También nace la esperanza de que estos avances puedan significar el fin de enfermedades que aquejan a gran parte de la población.
No se sabe qué tan lejos o tan cerca estamos de este paso. Ojalá que cuando llegue no sorprenda a los legisladores.