A 208 años luz podría encontrarse la respuesta al futuro de la Tierra, un futuro que hasta hoy se entiende como poco promisorio.
Ningún experto duda que al planeta le queda poco más de mil millones de años para tener vida, pero en 5000 millones tal vez ya no exista la Tierra.
Tal vez, porque no se sabe a ciencia cierta. Y para saber qué puede sucederle quizás sea necesario mirar hacia L2 Puppis, una estrella a 208 años luz, que hace 5000 millones de años tenía la edad del Sol y era muy parecida.
“Dentro de 5000 millones de años el Sol se habrá convertido en una gigante roja, más de 100 veces su tamaño actual”, explicó el profesor Leen Decin, del KU Leuven Instituto de Astronomía.
A la vez, continuó, “sufrirá una intensa pérdida de masa a través de fuertes vientos solares, el producto final de evolución. En 7000 millones de años el Sol quedará convertido en una enana blanca. Tendrá el tamaño de la Tierra, pero será muy pesada: una sola cucharada de su material pesará cinco toneladas”.
Semejante metamorfosis tiene que impactar el Sistema Solar. Se sabe que Mercurio y Venus, los planetas más cercanos a la estrella, serán engullidos por la gigante estrella y serán destruidos.
Pero, ¿y la Tierra? Esta se encuentra un poco más lejos, a 150 millones de kilómetros (medida que se denomina unidad astronómica).
“Sabemos que el Sol se hará más grande y brillante y destruirá cualquier forma de vida en nuestro planeta. ¿Pero sobrevivirá el núcleo rocoso de la Tierra y seguirá orbitando la enana blanca?
Los astrónomos hallaron, gracias al radiotelescopio Alma con 66 antenas individuales, que L2 Puppis tiene unos 10 000 millones de años”, explicó Ward Homan, de ese Instituto. “Un tercio de su masa se perdió durante su evolución. Lo mismo sucederá al Sol”.
A 300 millones de kilómetros de esa estrella hallaron un objeto que la orbita, seguramente un planeta cuyo estudio permitirá saber qué le pasará a la Tierra, así ese se encuentre más alejado.