Joan, Josep y Jordi Roca llegaron de nuevo al jardín del mejor restaurante del mundo, El Celler de Can Roca, donde fueron ovacionados con cánticos de “campeones, campeones” por sus empleados, familiares y amigos. El Celler de Can Roca se coronó en Londres como el mejor restaurante del mundo por segunda vez (no consecutiva), por delante del italiano Osteria Francescana, segundo, y el danés Noma (fue el primero en 2014).
El mayor de los hermanos, Joan, que se fundió en un abrazo con cada uno de sus empleados, defendió una manera de trabajar dirigida a hacer feliz al cliente y no basada en los reconocimientos. “No trabajamos para reconocimientos, no trabajamos para las listas: trabajamos para el cliente, queremos que el cliente sea feliz, que viva una experiencia gastronómica especial y seguiremos haciendo esto independientemente de lo que digan listas y guías”.
Así, hizo referencia a un ADN inconformista que hace que tengan ganas de hacer “cosas nuevas, distintas y de corresponder a las expectativas que tiene la gente”.
Los tres genios de la cocina, que dieron órdenes a sus empleados y familiares de celebrar cualquiera de las posiciones en que quedaran si estaba entre los 10 primeros, igual que sus padres e hijos, no se esperaban volver a ser el número uno de la lista de la revista Restaurant.
Quizás por eso “nos ha hecho tanta ilusión como la primera vez, por poco esperado”, aseguró el chef.
Este año “hemos trabajado más que nunca y hecho más deberes que nadie. Íbamos con la tranquilidad de que, más allá de lo que te digan que eres, tú sabes que tienes un equipo maravilloso y que no se puede trabajar más”, explicó Josep, el sumiller. A su juicio, la clave de este nuevo reconocimiento puede estar en “la calidad de los productos agroalimentarios, en una manera de ser, de pensar, una filosofía de vida, una vinculación a la investigación constante y a la vanguardia”.
Para su hermano pequeño, Jordi, mejor pastelero del mundo de 2014, quizás han vuelto a encabezar los mejores 50 restaurantes del mundo “por ser tres, con una vertiente creativa en las tres disciplinas”, porque se complementan y detrás hay muchos años de trabajo.