Solo un 39% de las personas describe la relación con su teléfono como feliz; sin embargo, un 54% dice que, en caso de incendio, el móvil sería una de las primeras cosas que salvaría.
Los anteriores datos fueron revelados por una investigación realizada en 2015 por Motorola a 7.112 dueños de teléfonos que residen en países como Estados Unidos, China, España, Brasil y México.
Entre otras cosas, la investigación concluyó que el 60% de las personas que consultaron duermen con el teléfono en la mano, y el 79% se siente defraudado cuando el móvil los interrumpe en una reunión o en sitio público. Parece que la relación entre teléfono y usuarios es de amores y odios.
Entre estos sentimientos que generan los móviles, la moda o necesidad de mantenerse actualizado parece seguir en aumento, y cada teléfono nuevo que sale al mercado hace que el anterior pierda vigencia y empiece el camino hacia la obsolescencia.
Para Ricardo Triana, gerente de producto de Huawei para Colombia, en efecto existe una moda, y muchos usuarios adquieren sus teléfonos no por las especificaciones que tengan sino por seguir una corriente.
“Hoy en día estudiantes, trabajadores, amas de casa y personas de la tercera edad adquieren smartphones para su uso personal y profesional, gracias a la gran variedad de herramientas y aplicaciones que ofrecen para su competitividad, sin dejar de lado factores claves como el diseño y la forma”, señala Ricardo, quien cuenta que su compañía invierte el 10% de los ingresos en investigación y desarrollo para saber qué alternativas ofrecer.
Walid González, gerente de producto de Móviles de Samsung Colombia, cree que particularmente en el país el teléfono se ha ido convirtiendo en un objeto que da estatus y, ahora es junto con otros dispositivos como el televisor, un equipo que la gente siente debe tener, de primera necesidad. Pero, según él, la diferencia es que la gente quisiera cambiar el teléfono inteligente cada año.
“Cada teléfono que sale genera una corriente que hace que las personas quieran tener el último, y eso es por diversas razones: estatus, moda o necesidad”.
Que en Colombia los teléfonos sean un símbolo de estatus, sí, eso también lo cree Santiago Villegas, estratega digital orientado hacia la gestión del conocimiento y conocedor del tema de dispositivos móviles. Para Villegas ese es un tema que comparten tanto las economías emergentes como los países desarrollados. Sin embargo, “en Latinoamérica esa tendencia va más allá de Apple mientras que en Estados Unidos y Europa suele limitarse a esa marca y a Samsung”.
No obstante, Santiago cree que el cambio de teléfono, en general, es una moda porque la necesidad de un teléfono inteligente de última generación no es usual. Lo anterior, dice, debido a que las compañías que desarrollan los equipos ya alcanzaron más o menos un nivel promedio de desarrollo del hardware “por lo que casi cualquier equipo podría cumplir las funciones básicas. De ahí deviene el asunto que cada vez las marcas estén apostando más por lo aspiracional y de diseños personalizables o exclusivos”.
La afirmación de Villegas se evidencia en los mensajes de mercadeo mediante los cuales se promocionan, por ejemplo, los teléfonos de gama alta que han salido recientemente y que se lanzarán en los próximos cuatro meses: el más resistente, el que te da más tiempo de batería, el del mejor diseño o el teléfono modular.