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Gatitos de la arena pillados en el desierto

No se habían logrado antes en su medio natural, las arenas del Sahara. Unos felinos nocturnos y esquivos cuyos hábitos y forma de vida no son muy conocidos todavía.

  • Cubiertos por la vegetación seca, curiosos miran los tres gatitos del desierto. FOTO Gregory Breton/Sand Cat Sahara Team
    Cubiertos por la vegetación seca, curiosos miran los tres gatitos del desierto. FOTO Gregory Breton/Sand Cat Sahara Team
27 de octubre de 2017
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Eran las 2 de la mañana en el desierto en Marruecos y regresaban al campamento luego de siete horas de buscar al esquivo gato del desierto, el gato de la arena como también se le conoce.

Grégory Breton, director de Panthera en Francia (organización global de conservación de felinos silvestres) trataba de mantener despierto a Elhaj, el conductor, mientras Alexander Sliwa, encima de la capota del campero, echaba una última mirada.

A unos 4 kilómetros tres pares de ojos brillaron. Tres gatitos de la arena, Felis margarita, pequeños felinos de cara ancha y orejas más grandes que un gato común.

No perdieron tiempo. Estuvieron una hora tomando imágenes y haciendo videos. Primera vez que en su medio natural se lograban avistar gatitos del desierto, los felinos más pequeños del género Felis junto a los patinegros.

Encontrarlos no es fácil, relata Breton en el blog de la organización. Es difícil verlos en su rango natural al norte de África, el Medio Oriente y Asia suroccidental y central.

Casi nunca dejan marcas ni restos de sus presas y sus vocalizaciones son suaves. Se mueven furtivamente en la oscuridad, son expertos en esconderse y su pelaje es el camuflaje perfecto cuando se quieren desvanecer de observadores y amenazas.

Tenían entre seis y ocho semanas, calcularon, por otros vistos en cautiverio. Muy pequeños para marcarlos.

Al dejarlos, hallaron una hembra nerviosa. La marcaron. Tal vez la madre de los gatitos. Rastrearla puede aportar información de su periodo reproductivo y dispersión en su medio, asuntos no documentados a la fecha.

Expedición

Fue en 2013 que Breton comenzó los viajes a Marruecos, cuando con Alexander (autoridad mundial en felinos patinegros Felis nigripes presentes en Sudáfrica), se unieron al enterarse de avistamientos allí.

A los siete días en la expedición inicial vieron al primer gato, pero el entusiasmo de Elhaj lo espantó. Entonces pidieron permiso al gobierno para marcarlos. Ahora van 13 marcados aunque han visto 29. Entre estos los primeros mininos de la arena en su medio.

Así, han sabido que se mueven más de lo que se espera en un felino tan pequeño y que están en determinadas áreas del desierto. Parece, además, que no es una especie numerosa, al menos en la región marroquí del Sahara.

El estudio comienza. Falta mucha información para conocer la especie, una de las siete del género Felis (como el gato común), el único felino, que vive enteramente en el desierto, tanto en el arenoso como entre las rocas, adaptado a soportar las extremas temperaturas de su hábitat.

Unas condiciones difíciles en un ambiente rudo para quienes se dedican a su estudio desde que cae el Sol hasta que nace, cuando esos ojos esquivos, a veces, aparecen de la nada y deslumbran. Miradas felinas.

3,5
kilos pueden llegar a pesar de adultos y sus orejas miden hasta 7 centímetros
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