Quienes viven con uno o más animales de compañía, sean perros o gatos, afirman con frecuencia que reciben beneficios en su salud física y mental. De hecho, algunos estudios sugieren que son más sanos quienes poseen perros que quienes viven con gatos.
Pero contrario a esa creencia, un estudio publicado en Anthrozoös sugiere que ninguno de esos animales mejora la salud física ni mental de los niños, grupo en el que se centró la investigación.
Los investigadores exploraron la noción de que esos animales pueden ayudar a la salud de los menores al aumentar la actividad física e incrementar sus capacidades de empatía.
Para el estudio usaron herramientas estadísticas avanzadas para controlar factores que contribuyen al bienestar de los niños., como ingresos de la familia.
“No hallamos evidencias de que los niños de familias con perros o gatos son mejores en términos de bienestar mental o físico”, dijo Layla Parast, coautora.
“Todos quedamos sorprendidos, crecimos con perros y gatos. Y habíamos asumido desde nuestra experiencia personal que existía una conexión”.
En el estudio con 2200 niños encontraron inicialmente que aquellos con animales tenían menos peso y eran algo más activos. También había más con déficit de atención, eran más obedientes y papás menos preocupados sobre sus sentimientos, conducta y genio”.
Pero al ajustar los resultados con otras variables, la asociación entre el animal y una mejor salud del niño desapareció.
Los investigadores consideraron más de 100 variables, incluyendo ingresos familiares, habilidades del lenguaje y tipo de vivienda.
De todas maneras, los investigadores dijeron que se requerirán otros estudios que analicen la relación durante un periodo más prolongado de tiempo y en ambientes distintos. Un seguimiento de al menos 10 a 15 años.
Los animales, sin embargo, para quienes viven con ellos, son, cuando menos, una alegría.