No es una cola como la de los cometas cuando se calientan al acercarse al Sol y desprenden partículas congeladas. Tampoco se puede ver con el más potente telescopio, pero ahí esta.
Es, de todas maneras, una cola, la primera de su tipo detectada en un planeta, sea del Sistema Solar o por fuera de este al estar doblada.
Se trata de una cola magnética, y no es que con ella pueda atrapar partículas de hierro como podría pensarse. No. La historia es otra.
Datos de la nave Maven de la Nasa, que gira alrededor del planeta desde el 21 de septiembre de 2014, revelaron esa especie de estructura invisible que es retorcida y lanzada ‘hacia atrás’ por el viento solar al mismo tiempo.
Un descubrimiento con implicaciones para los futuros asentamientos humanos.
Es, asimismo, el último de los hallazgos realizados sobre este planeta en las últimas semanas (ver recuadros).
Maven estudia cómo el planeta rojo perdió la mayor parte de su atmósfera y agua, transformándose en un sitio hostil para la vida.
La mayoría de los planetas del Sistema Solar posee un campo magnético salvo Venus, a pesar de ser rocoso, y Marte, aunque en el pasado lo tuvo.
Qué es
El campo magnético les sirve a los planetas para detener la radiación del Sol. En el caso de la Tierra es una protección para la vida frente a las energéticas partículas que trae el viento solar. Estas destruirían la capa de ozono de no ser ‘repelidas’.
Ese campo se genera por corrientes eléctricas en el núcleo de hierro fundido altamente conductor en el interior de la Tierra, y se extiende hasta la magnetósfera, varios de miles de kilómetros en el espacio donde interactúa con las partículas solares.
Marte tuvo ese campo también, pero lo perdió al dejar de funcionar el dinamo en su interior.
Esa ausencia explica porqué no existe vida allí, al menos sobre la superficie y por qué para los humanos la radiación sería mortal a menos que se protejan, un factor que ha retrasado la llegada del hombre y que debe ser tenida en cuenta en el tipo de construcciones para habitar.
“Hallamos una cola magnética o magnetocola, única en el Sistema Solar”, informó Gina DiBraccio, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la Nasa.
“No es como Venus, un planeta sin campo magnético propio, ni como el de la Tierra, que está rodeada por su campo magnético generado en su interior. Es algo intermedio, un híbrido”.
En pedazos
El planeta rojo perdió su campo magnético hace miles de millones de años y lo que ahora tiene son campos magnéticos ‘fósiles’ solo en ciertas áreas de la superficie.
El análisis de los datos de Maven sugiere que la cola magnética es formada cuando los campos magnéticos que lleva el viento solar se encuentran con los de la superficie marciana, un proceso que se denomina reconexión magnética.
Es que el viento solar es un chorro de gas conductor eléctrico que sopla de forma continua desde la superficie del Sol hacia el espacio a una velocidad de 1,6 millones de kilómetros por hora.
Transporta campos magnéticos del Sol. Si se da que este viento esté orientado en sentido opuesto a los campos en la superficie marciana, los dos se juntan en la citada reconexión magnética.
Este proceso tiene un papel activo en la formación de la cola, porque así se explica que esta aparezca torcida en los datos de Maven.
“Nuestro modelo predijo que la reconexión doblaría la cola 45 grados con respecto a lo esperado con base en la dirección del viento solar”, dijo la investigadora.
Eso fue corroborado con la información de la nave.
Hay más: ese proceso hace que la tenue atmósfera se pierda de a poco en el espacio.
Por ahora Maven, que cambia continuamente de orientación con respecto al Sol, seguirá con sus mediciones para construir un mapa de la magnetocola y sus interacciones con el viento solar.
Así, el planeta más estudiado del Sistema Solar muestra una característica desconocida y única. Un mundo muy complejo.