Una supernova fue captada por astrónomos solo un día después de haber explotado en una región del espacio a 120 millones de años luz de nosotros.
Llamada SN 2017cbv, fue descubierta por David Sand, de la Universidad de Arizona. Reside en la galaxia NGC 5643, siendo una de las más cercanas observadas en los últimos años.
Como fue observada solo un día después de haber explotado, tal vez solo unas horas, los astrónomos de todo el mundo pudieron dirigir sus telescopios hacia esa estrella para tener más información sobre los momentos iniciales tras la explosión.
Es una supernova del tipo Ia, que son apreciadas por los investigadores porque permiten medir vastas distancias con precisión así como la tasa de expansión del universo.
Si nos e hubiera descubierto tan pronto, tal vez nunca se hubiera podido ver, pues la curva de luz decae con rapidez.
Los análisis serán presentados en un artículo en Astrophysical Journal Letters.
Los restos de estrellas, las enanas blancas, son progenitoras de este tipo de supernovas. Son restos que quedan tras la ‘muerte’ de una estrella tipo Sol. Pero no estallan a menos que sean iniciadas. No pueden crecer más de 1,4 masas solares, si sucede, explotan en una supernova Ia.
Esto se da porque o bien hay dos enanas blancas en un sistema binario que chocan y explotan o una enana blanca junto a una estrella normal a la que ‘roba’ materia hasta crecer al punto en que explota.
En el caso de SN 2017 cbv, “la sacudida en la curva de luz puede haber sido causada por material de la enana blanca al golpear su compañera”, dijo Sand. Ese pudo ser el escenario más probable.
Con base en los datos, se estima que la estrella compañera tiene unas 20 veces el radio del Sol.