De poco servirá el avance a ese 15 % de las parejas con problemas de infertilidad en el mundo, pero podría ser una esperanza en el futuro.
Porque científicos chinos al fin tuvieron éxito en crear en laboratorio espermatozoides de ratones que funcionaron bien, al punto de que al ser inyectados a óvulos terminaron en una cría normal.
El avance fue presentado en la revista Cell Stem Cell y aunque no significa su éxito en humanos ni su inmediata disposición, es una alternativa sobre la que se trabajará.
Los chinos lograron el desarrollo al hacer que células madre embrionarias de ratón se convirtieran en unas células funcionales del tipo de los espermatozoides.
La reproducción del desarrollo de células germinales in vitro ha sido objetivo de la biología y la medicina reproductivas, según Jiahao Sha de Nanjing Medical University, uno de los coautores del estudio.
Es contundente: “Establecimos un enfoque que recapitula la formación de células funcionales de espermatozoides en laboratorio. Nuestro método cumple con los estándares dorados propuestos hace poco por consenso por un panel de biólogos reproductivos, por lo que creemos que contiene una gran promesa para tratar la infertilidad en machos”.
Es que un tercio de los casos de infertilidad son debidos al hombre. Y una de las grandes causas es la deficiencia de células germinales precursoras en los testículos que son objeto de un tipo de división celular denominado meiosis para formar células de espermatozoides funcionales”.
El investigador recordó que otros estudios han tenido éxito en la generación de células germinales a partir de células madre, pero según dijo no han evaluado su funcionalidad ni entregado pruebas de todas las claves de la meiosis.
Criterios nuevos
Un reporte de prensa de la revista citó que el panel de biólogos reproductivos propuso unas reglas de oro para probar que los grandes eventos de la meiosis se presentan en células germinales modificadas.
Los científicos deben presentar evidencias del contenido adecuado de ADN nuclear en etapas específicas de meiosis, un número normal de cromosomas y una organización y capacidad de las células germinales de producir descendencia viable.
Hasta ahora, el seguimiento de las etapas esenciales de la meiosis han sido un obstáculo para producir espermatozoides y óvulos en laboratorio.
Para sortear la dificultad se unieron Sha, Qi Zhou y Xiao-Yang Zhao, del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias.
¿Cómo lo lograron? El primer paso fue desarrollar un método con células madre que cumpliera con la meiosis y produjera células de espermatozoides funcionales.
Luego imitaron el ambiente natural de los tejidos de esas células precursoras, exponiéndolas a células de los testículos y a hormonas sexuales como la testosterona.
Bajo esas condiciones las células derivadas de las células madre desarrollaron una meiosis completa, derivando en células tipo espermatozoides con un ADN nuclear correcto, así como con el contenido de cromosomas adecuado. Entonces solo faltaba la prueba final.
Esta fue inyectar las células en óvulos y transferirlos a ratonas. Los embriones se desarrollaron con normalidad y nacieron ratones sanos, que también procrearon luego.
Los científicos planean examinar ahora los mecanismos moleculares que controlan la meiosis y ensayar en otros animales, como primates, antes de que se puedan hacer estudios con humanos, lo cual de seguir con éxito las investigaciones, tomarán mucho tiempo aún pues hay temas por resolver.
Una de las preocupaciones es la seguridad, pues cualquier defecto en el material genético afectará no solo los niños que nazcan sino sus descendientes. También quedarían por resolver asuntos éticos como el uso de células madre embrionarias.
En Gran Bretaña, por ejemplo, está prohibido utilizar espermatozoides y óvulos artificiales para tratar la infertilidad.
Un avance que abre puertas. Y cuestiona.