Cuando un teléfono inteligente se convierte en chatarra electrónica o e-waste, podrían hallarse en él casi cada uno de los 119 elementos de la tabla periódica. No es una exageración, conocedores en el tema lo afirman, y aseguran que entre esos desechos puede encontrarse plomo, tantalio, zinc y litio, altamente contaminantes para el medio ambiente y para quienes los manipulan.
Dichos residuos de aparatos electrónicos y eléctricos son denominados como Raee y en ellos están incluidos todos los dispositivos que requieren energía eléctrica para su funcionamiento, computadores, televisores, tabletas, teléfonos móviles, módems, routers, controles remotos, pilas usadas, entre otros.
Las campañas de recolección que se hacen de esos electrodomésticos, dispositivos y pilas son de prestar atención. Al dejar de funcionar se convierten en un residuo para su propietario que, por diversas razones (y entre ellas la principal es el desconocimiento), no sabe el paradero que tendrá y el tratamiento que se le dará a esa basura. ¿Ha pensado usted cuántos desperdicios de ese tipo genera al año y qué hace con ellos?
Gran parte de esos aparatos eléctricos y electrónicos son hechos con plásticos y metales ferrosos que pueden ser reciclados y con otros materiales como cadmio y cromo, considerados metales pesados que pueden ser muy contaminantes.
Por ejemplo, en la fabricación de algunos teléfonos celulares que usan plástico se usan ftalatos, una sustancia para aumentar la flexibilidad del material. También los denominados retardadores de llama bromados que se utilizan para prevenir el fuego en tarjetas de circuitos y carcazas de plástico; la exposición a estos retardadores podría afectar el sistema endocrino.
El plomo es otro elemento presente en los teléfonos, computadores y tabletas; es usado en la soldadura y en los tableros de circuito. Es muy tóxico, y en China es desensamblado a mano en los procesos de reciclaje. El cadmio, otro elemento químico, es común en teléfonos de más vieja data (con fechas de fabricación anteriores a 2006) quienes se exponen a esta sustancia tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
Epidemia mundial
Para la organización Greenpeace esta es una epidemia mundial. Gran Bretaña y Estados Unidos han recibido denuncias por no controlar con efectividad el reciclaje que debe hacerse de esta chatarra electrónica, permitiendo que gran cantidad de ella tenga como destino final países en África y Asia como Ghana, Nigeria, Pakistán y China, que terminan convertidos en grandes vertederos de desperdicios tecnológicos.
La tragedia electrónica, un documental de la directora Cosima Dannoritzer (secuela del film Comprar, tirar, comprar), aborda el tema del e-waste, mostrándole al espectador una investigación profunda sobre el reciclaje ilegal de los desechos electrónicos que van desde Europa y Estados Unidos a los países que se han convertido en basureros.
En el film se mencionan diferentes cifras asociadas a esta tragedia: entre 20 y 50 millones de toneladas de residuos tecnológicos son generados por los países desarrollados. El 75 % de estos desechos no llegan a los centros de reciclado, sino que de forma indebida se exportan a países como Ghana, uno de los basureros tecnológicos del primer mundo, el primer escenario que Cosima expone en su film, un lugar descrito por ella como “lo más parecido al fin del mundo”.
Para el 2014 Colombia fue el cuarto país en generación de Raee con 252.000 toneladas, mientras que Brasil encabezó la lista con 1.412.000. ¿Adónde va a parar todo esto?
Según información suministrada por TigoUNE, la disposición final varía según la legislación de cada país. Así como se realizan procesos de recuperación y reciclaje, los desechos también pueden ir a parar a un relleno sanitario. Y es debido a ese mal proceso de reciclaje que se presenta un impacto ambiental grave por la toxicidad de algunos componentes de los Raee.
¿Qué pasa en Colombia?
Carlos Vargas, gerente de mercadeo de audio y video de Samsung Colombia, comenta que en el país, en términos generales, el procesos de recolección de residuos electrónicos se hace mediante la alianza de empresas recicladoras y fabricantes. “Nuestro convenio es con Lito SAS, con quien nos aliamos desde 2013 para darles un correcto manejo a los residuos que generamos ya que esta es una tarea que debe hacerse con las respectivas licencias ambientales”.
Vargas explica que el proceso de reciclaje de estos desechos, en gran parte, se hace de forma manual, ejecutando un desensamblado del dispositivo para separar los componentes que no sean contaminantes y puedan comercializarse para usarlos como materia prima en otros procesos de fabricación. De los televisores, por ejemplo, pueden aprovecharse sus páneles, excepto los de tecnologías más viejas que, según Vargas, tienen componentes como fósforo.
“Parte de esa materia prima se exporta a otros países mientras que a los elementos que no pueden tratarse de forma manual se les hace un proceso final de descomposición. Es ahí donde se manejan los residuos peligrosos que tienen algunos electrodomésticos que, de no recibir un adecuado tratamiento, se convierten en desechos altamente contaminantes”, aclara el vocero de Samsung.
Explica TigoUNE que estos procesos de desensamble son aún muy manuales en Colombia y se llega hasta donde la tecnología que hay disponible lo permite. Es por eso que partes de los equipos como las tarjetas electrónicas se venden a otros países que cuentan con la tecnología para separar cada metal de manera independiente. No obstante, no puede desconocerse que tanto en Colombia como en el resto del mundo hay personas y empresas informales que hacen esta labor sin ningún tipo de prevención, causando problemas a su salud y al medio ambiente.
Catalina Irurita, directora de Comunicaciones y sostenibilidad de TigoUne, explica que la compañía generó 1.241 toneladas de desechos durante 2015, “de las cuales aprovechamos mediante reacondicionamiento y reciclaje el 88,45 % (1.097 toneladas) y solo llevamos a disposición final mediante gestores ambientales con licencia y condiciones técnicas para tal fin el 11,28 % de los residuos electrónicos”, concluye.
El reacondicionamiento y reciclaje se hace reintegrando a un segundo ciclo de vida útil los desechos, también recuperando partes y componentes de equipos con tecnologías obsoletas o de baja demanda en el mercado. Y, finalmente, con los equipos en muy mal estado o tecnología obsoleta se hace una separación de componentes.
Las empresas que realicen estas recolecciones deben asegurarse de que las compañías de reciclaje a quienes entregan los desechos realicen procedimientos adecuados de separación y que no generen contaminación en el país o contribuyendo al triste crecimiento de los vertederos de chatarra tecnológica del mundo.
11.800
de los 41.800 de kilotones de e-waste en el mundo en 2014 eran equipos grandes.
12.800
de los 41.800 de kilotones de e-waste en el mundo en 2014 eran equipos pequeños.
5,3
kilos de Raee fueron generados por habitante en Colombia en 2014.