Clara Pérez, Brunella Pesce y Mariana Matija sueñan juntas con generar pequeños cambios que tengan grandes impactos en el ambiente; trabajan en huertas comunitarias, escriben blogs para una vida sostenible y hasta sus casas están diseñadas para no herir al planeta. Ellas tres son los cerebros detrás de la página de Facebook Mejor Sin Pitillo, una iniciativa de Ciudad Verde.
“Queríamos hacer campaña acerca del uso de plástico, pero nos dimos cuenta de que era mejor empezar con algo más concreto. El pitillo está en todo, y es una acción que puede ser más fácil de cambiar que otras,” explica Clara.
La página la abrieron el 22 de marzo, y solo un día después ya contaba con más de 1000 seguidores. Sus imágenes hablan con un lenguaje cercano y fácil de entender, y le dan herramientas a los seguidores para tomar la decisión definitiva y hablar a sus amigos de ello, con verdaderos argumentos. Algunas de sus imágenes han sido compartidas 7 mil veces, se han regado por otras redes como Instagram y Twitter, y los usuarios se han adueñado de estas. Además, los restaurantes han empezado a escuchar.
Pero no todo es perfecto. Muchas personas les dijeron que por qué se preocupaban por el pitillo cuando había problemas más grandes. Para ellas, hay que empezar por lo pequeño. Que en realidad no es tan pequeño, pues si anualmente un solo restaurante usa 45.000 pitillos en promedio, ¿cuántos usará una ciudad entera?
Restaurantes sin pitillos
El restaurante Wok llevaba varios años intentando disminuir el uso de pitillos, incluso habían hablado con el proveedor de estos para que acompañaran los empaques de estos con un mensaje que dijera que lo usaran responsablemente. Pero el proveedor se opuso, alegando que era inverosímil que uno pusiera una frase en su producto que hablara mal del mismo.
Pero este año, impulsados por WWF Colombia, decidieron lanzar una campaña más directa bajo el hashtag #MásBigotesMenosPitillos. Pensaron comenzar lento, publicando una foto con un niño y su bigote de jugo, pero las cosas se salieron un poco de control.
Pronto, el post había sido compartido 26 mil veces, tenía más de 15 mil likes y 3 millones de personas lo habían visto. La gente empezó a subir sus propias fotos y videos con los bigotes. “Quedamos muy sorprendidos, porque WOK no tiene mucha actividad en redes y nunca habíamos visto tanta reacción con algo tan simple,” explica Lucho Correa, director de LIP, el estudio de diseño y comunicación de WOK.
Muy pronto vieron los resultados en sus propia cadena de restaurantes: “La gente decide si quiere o no un pitillo, pero los meseros dicen que ya nadie lo quiere. Aunque a un mesero le tocó una pesona que casi le gritó que él no se fiaba de cómo lavaban los vasos, que le trajeran un pitillo inmediatamente,” relata Correa, entre risas.
Mezzaluna Salad Bar fue otro de los restaurantes que también tomó la decisión de dejar de ofrecer pitillos, inspirados por el video en el que una tortuga sufre los estragos de tener uno atorado en sus fosas nasales. Esto fue hace mes y medio y han logrado reducir hasta en un 20% los pitillos que se usan. “Antes lo poníamos en la bandeja, junto a los platos. Pero ahora preguntamos si desean usarlo, y muchas personas nos responden ya que mejor sin pitillo,” cuenta Mónica Montoya, directora de Mercado.
Pero después de poner su campaña en las mesas, en redes sociales y comunicarlo a través de los empleados del restaurante, hay personas que aún no les interesa el tema. “Mucha gente no tiene ese pensamiento, y no le importa. Otras no quieren tocar el vaso de vidrio con la boca y por eso exigen los pitillos,” relata Mónica.
El restaurante Verdeo también comenzó su propia campaña. Ellos la llamaron #AutopsiaDeUnPitillo. “Hay que cambiar ese paradigma, un vaso limpio no te va a transmitir nada. La gente se tiene que dar cuenta de que puede tomar directo de un vaso y que no se a morir,” dice Felipe Hernández, dueño del restaurante.
Mezzaluna, Wok y Verdeo son solo tres ejemplos de los restaurantes que han decidido tomar la decisión de reducir el uso de pitillos, pero son muchísimos más: Arboreo Gourmet, Crepes and Waffles, Archies, Ganso y Castor, entre otros.
El otro lado
Antonio Ramírez (@ColombiaCoctel), barman investigador y bloguero, propone otra perspectiva en el tema. Para él, el asunto debería ser #Siconelpitillo pero con criterio. “Es necesario conservar los pitillos por la facilidad al consumir bebidas granizadas, en los batidos espesos, para proteger el labial, para los niños pequeños que no pueden alzar el recipiente, para los cocteles flameados, entre otros.” afirma.