Por Miguel Ángel López
Si usted siente una masa rara en el pecho y busca en internet qué podría ser, son altas las posibilidades de que lea que es cáncer y termine asustándose.
En la web, cualquiera que tenga conexión, puede conseguir información médica. No obstante, con la misma facilidad, cualquier persona puede publicar contenidos que no necesariamente son ciertos o cuentan con fundamentación científica.
Para combatir muchos de los mitos que se originan a partir de la sobreexposición de datos, algunos profesionales de la salud han vuelto sus redes sociales unos canales de información confiable para los demás.
Uno de ellos es el médico cirujano de 29 años Jairo Noreña, que trabaja en el área de Endocrinología de la Fundación Hospitalaria San Vicente de Paúl, y quien el pasado mes de febrero decidió volver su cuenta personal de Instagram un canal abierto de medicina.
Información para todos
“Yo creo que la mejor forma de catalogarlo es como salud pública digital”, comenta el médico.
“La verdad es que esto empezó por otro lado muy diferente. Como yo soy alguien que disfruta entrenar y me gusta mucho alimentarme bien, y como además soy médico, muchos de mis amigos siempre me pedían consejos”, recuerda.
Cansado de responder preguntas repetitivas como a qué horas es bueno comer determinados alimentos, qué proteínas tomar y si hacer o no cardio en el ejercicio, Jairo empezó a hacer videos respondiendo estas inquietudes para que sus conocidos quedaran con la información disponible.
Paulatinamente, se empezó a encarretar con el tema. Comenzó a leer más, a usar etiquetas en videos y, finalmente, hizo pública su cuenta de Instagram.
“De ahí en adelante fue que se creció más de lo que esperaba. Empezaron a seguirme personas de otros países, a escribirme diferentes preguntas, contarme sus casos personales y me di cuenta de que la gente también necesita este tipo de espacios”, afirma Jairo, quien ya tiene seguidores en Venezuela, México, Argentina, Brasil y hasta en Alemania.
Una “cita médica” moderna
Aunque todavía la maneja como su cuenta personal, con fotografías en el gimnasio, montando patineta o tomas de sus viajes, el perfil de este médico se ha vuelto una especie de consulta médica abierta.
“Lo que empezó como una afición, luego se volvió trabajo. Estoy aprendiendo a hacerlo lo más interactivo posible y motivar a la gente a cuidarse”, comenta Jairo. “A través de las redes sociales tenemos la oportunidad de apuntarle a la medicina preventiva, que es lo que más nos falta” . n