El prestigioso semanario The Economist, esta semana que pasó, asumió una singular posición sobre el rol que China podría querer jugar en torno al ejercicio de poder que Rusia está desarrollando en Siria y al que Obama está queriendo hacer valer en los mares del sur de China. Una imagen de Putin, Obama y Xi en torno a una mesa de póker da cuenta el conflicto que se desarrolla en torno a estos temas del momento.
Es cierto que el gobierno chino no quisiera quedarse afuera en el reparto de influencia que los Estados Unidos y Rusia van a querer establecer dentro del capítulo sirio, ahora que Bashar Al Assad comienza a flaquear y a mirar hacia afuera en busca de soporte externo. Es que al tiempo que el cansancio político y militar toca a la puerta...