Cuenta una historia que un día un niño ciego estaba sentado frente a la entrada a una iglesia con un sombrero que contenía unas pocas monedas y un letrero que decía “Soy ciego, por favor ayúdeme”.
Un hombre que pasó por allí se detuvo, tomó el letrero, le dio la vuelta y escribió algo y luego lo dejó en el lugar y se despidió. En seguida el niño empezó a escuchar cómo mucha gente le tiraba más monedas que nunca.
Al final del día, el hombre que había cambiado la leyenda, apareció nuevamente y el niño reconoció su voz cuando le dijo “Qué bien te ha ido hoy!”. El pequeño le contestó “Usted es el que cambió mi letrero, verdad? Qué escribió para que me hayan dado tantas monedas?”. El hombre le respondió “Yo solo escribí lo mismo pero de una manera...