Pensar los problemas de justicia social en nuestro país debe resultar de la comprensión de la injusticia real que viven los millones de seres humanos excluidos de la posibilidad de disfrutar de las condiciones sociales, económicas y políticas que teóricamente les pertenecen como miembros de una comunidad política. Fenómenos como la pobreza de los campesinos, el despojo de sus tierras y el desplazamiento al que fueron sometidos, no pueden entenderse como desgracias o consecuencias infortunadas de la guerra: son injusticias que tienen autores, como los ejércitos privados de derecha e izquierda, y el Estado en su incapacidad para detener actos privados o públicos de injusticia. Partir de la injusticia para establecer cómo un Estado debe organizarse...