Si algo caracteriza hoy la crianza de los hijos es el estrés a que están sometidos la mayoría de ellos porque crecen constantemente presionados a que hagan más, aprendan más y ganen más para que sobresalgan en todos los frentes. Sin embargo, gracias a la cantidad de esfuerzo y tiempo que exigen las clases, tutorías y entrenamientos que tienen ahora los niños para que se destaquen, ellos están pagando un precio alto porque están tan agobiados y saturados de compromisos que nada parece entusiasmarlos. Además, detrás de la mayoría de los hijos sobrecargados de “oportunidades” hay unos padres estresados y exhaustos que lamentan no tener un minuto para disfrutarlos porque sus horarios están repletos de obligaciones de toda índole.
Es muy positivo...