Admiro los eventos potentes, los que tienen la capacidad de transformar ciudades, los que se atreven a ser únicos y diferenciados, los que inciden o transforman el ADN de la ciudad que los acoge, los que persisten y construyen una marca con identidad, los que aparentemente se parecen a otros, pero se diferencian de estos gracias a la visión de los equipos que los lideran, los que son imitados, en un país en que el que la copia más que admiración, es envidia. Eso y más es ARTBO, una feria que ha puesto a Bogotá y al país en el eje del arte, este es un proyecto apoyado y organizado por la Camara de Comercio de esta ciudad, que entendió el poder transformador de la cultura y la posibilidad del arte como vehículo de posicionamiento y promoción,...