Soy de profesión filósofo. El motivo de mi nota es apoyar a El Colombiano al aceptar la renuncia del columnista Yohir Akerman. Es maravilloso que la prensa escrita genere reflexión, sea pluralista y brinde espacios a pensadores que sean como un tábano que, al igual que Sócrates, guste de aguijar las certezas y creencias, pero siempre con un fin: la búsqueda de la verdad.
Al contrario, el columnista Akerman, evidencia La falta de claridad y rigurosidad y sin cumplir con los mínimos requisitos de la hermenéutica, ni respetar la exigencia de una estructuración lógica para el desarrollo de sus contenidos, muestra una pobreza de pensamiento que evidencia su afán de escandalizar para alcanzar el reconocimiento.
El racionamiento y la argumentación son fundamentales para defender una idea, independiente de la religión que se profese, o inclusive, si no se profesa alguna. .