“¿Están sordos?” es una forma bastante usual con que los adultos les hacen saber a los niños que no han prestado atención a lo que les han dicho reiteradamente. Lo grave es que hoy los sordos no parecen ser solo los niños sino los adultos, pues hay advertencias esenciales que los educadores, expertos en la conducta, médicos y otras autoridades reiteradamente hacen y nadie escucha.
Así, me pregunto ¿por qué será que no escuchamos los repetidos avisos sobre los peligros que entraña darles o permitir que tomen trago los menores de 21 años? ¿Y que no nos damos cuenta de que estamos violando la ley que lo prohibe (y de paso enseñándoles a violarla)? ¿Será que tampoco hemos oído que las niñas están tomando parejo con los muchachos y que tienen más...