“Es inaceptable que las deficiencias del sistema eléctrico colombiano las tenga que pagar el consumidor final, especialmente en este caso con el cargo por confiabilidad”, asevera María Luisa Chiappe, presidenta de Asoenergía, gremio en el que hace un año 23 grandes industrias del país buscan que las tarifas de energía sean más competitivas.
Pero, a su juicio, está pasando todo lo contrario: por tres años los colombianos, residenciales, comerciantes e industriales atendidos por el mercado regulado, sentirán el incremento en sus cuentas de servicios del kilovatio-hora.
La medida la tomó el Gobierno con la justificación de que las centrales termoeléctricas, operando a combustibles líquidos por falta de gas, retomen las pérdidas proyectadas durante el fenómeno de El Niño.
En estos tiempos de menos lluvias deben generar más energía y reciben el precio de escasez, un techo máximo que se activa con el llamado cargo por confiabilidad. Con todo, ahora ese precio de escasez está por debajo del costo de operaciones de las térmicas.
Pero para Chiappe, la interpretación es otra: “pagamos (los consumidores) unas sumas muy altas de dinero a las empresas productoras de energía, que se ofrecieron a garantizar la oferta en el momento en que se necesitara por razones climatológicas. El momento llegó y hay unas empresas que nos están respondiendo que no pueden cumplir con su compromiso”, afirma la dirigente gremial.
De quién es la responsabilidad de las alzas, ¿del Gobierno o de las generadoras?
“Hay que ver qué le dijeron al Gobierno las empresas y cuál es su situación económica, pero es inaudito lo que está ocurriendo con el consumidor. No hay razón para que tengamos que volver a pagar por la seguridad energética. Ya pagamos por ella”.
Con el llamado cargo por confiabilidad...
“Ese cargo se paga con la tarifa de energía eléctrica, les llega puntualmente a unas empresas y el Gobierno anuncia que entregará esa oportunidad de recibir esos dineros en forma fija, produzcan o no, con el fin de que estén listas cuando se necesiten. Este compromiso equivale a un seguro, por el que se paga una prima mensual”.
Pero el alza señala que ese seguro no fue suficiente...
“Es como si cuando llega un siniestro la compañía de seguros dice que no tiene con qué pagar. Eso no sería aceptable en el sistema financiero y tampoco puede ser aceptable en el eléctrico”.
¿Cuánto dinero reciben por cargo de confiabilidad?
“En los últimos cinco años todas las empresas que ofrecieron energía en firme recibieron 4.800 millones de dólares y las empresas que producen energía con combustibles líquidos recibieron 600 millones de dólares. No es cualquier suma, lo mínimo que esperamos es que cumplan con el compromiso”.
¿Dónde está ese dinero?
“Ahí surgen muchas preguntas, porque se evidencia que no hay transparencia en este sistema. Por lo menos deben darse unas explicaciones públicas de a quién se le entregó el cargo por confiabilidad y cuáles son las condiciones para cumplir. Con el dinero de los consumidores sí sabemos que pasó: lo pagamos cumplidamente, si un usuario no pagara el cargo por confiabilidad, simplemente le suspenden la energía. No se puede pagar la cuenta de energía por partes, pero cuando ocurre el siniestro, ellos nos están diciendo que no pueden entregarla”.
¿Cuál es el mensaje de Asoenergía a las empresas generadoras y al Gobierno sobre lo que hoy vive el país?
“En primer lugar que ya sabían de esta situación. Cada empresa cuando firmó su contrato ya conocía su situación; que hay una diferencia entre el costo y el cargo que pueden cobrar. Esa situación ha existido durante muchos años, la pregunta es: ¿por qué firmaron y por qué el Gobierno permitió que firmaran?, Los consumidores entregamos un dinero, confiados en que se iba a administrar bien”.