¿Qué hace una persona entre los 15 y 24 años que no estudia, ni trabaja, ni recibe alguna capacitación?. Pues en Colombia el 21,2 % de jóvenes en ese rango de edad eran parte de tal población llamada ninis, que ni estudian, ni trabajan, frente a una tasa de 21,3 % de 2015, según las estadísticas oficiales del Dane.
Pero si eso ya es preocupante de cara al futuro laboral de esa generación, lo es más que la tasa de mujeres “ninis” es de 29,4 %, o sea casi una de cada tres jóvenes, cuando la tasa de hombres de ese grupo fue de solo 13,1 %.
Sobre este asunto enfatizó el último informe de coyuntura laboral que presentó ayer la Escuela Nacional Sindical en Medellín (ENS), en función de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que planteó Naciones Unidas al año 2030, como antesala al Día del Trabajo, el próximo lunes.
“Los factores que inciden en la condición ‘nini’ en las mujeres son el matrimonio precoz (temprana edad) y el embarazo adolescente, mientras que en el caso de los hombres ‘nini’, la situación se agrava en un contexto colombiano con presencia de delincuencia y crimen organizado”, comentó Carmen Tangarife, investigadora de la ENS.
Agregó que la realidad de los “ninis” se encuentra más entre hogares de bajos ingresos, por tanto, se puede traducir en el incremento en largo plazo de las tasas de pobreza y desigualdad por ingresos.
De hecho, el Banco Mundial publicó el año pasado un informe en que señala que gobiernos y sociedad deben prestar atención a los 20 millones de este grupo poblacional que hay en América Latina
“Al abandonar la escuela antes de terminar el bachillerato, los jóvenes por lo general carecen de las habilidades necesarias, para conseguir un trabajo en el sector formal, por lo que en la mayoría de los casos se conforman con empleos temporales e inestables en el sector informal. Una vez que pierden estos puestos de trabajo, nunca regresan a la escuela”, alerta el estudio del organismo multilateral y que concluye que Colombia es el segundo país de la región con más “ninis”, en relación con su población, luego de México.
Pero ese riesgo es mayor en un mercado laboral nacional en que la tasa de desempleo de jóvenes entre los 14 y 28 años aumentó el año pasado hasta 15,9 %, sumó 1,22 millones de desempleados, es decir, la mitad del total de colombianos que buscaron ocuparse, en el promedio anual (ver gráficos). De nuevo, la situación es más difícil para las jóvenes, con una desocupación del 20,8 %, mientras en hombres fue de 12,1 %.
Entre tanto, solo la mitad de quienes estaban ocupados tenían un empleo particular, una tercera parte eran definidos como cuenta propia, donde se incluyen los informales que viven del llamado rebusque y siete de cada cien tenían un trabajo sin remuneración.