Probablemente para febrero o marzo próximos, la junta directiva de San Vicente Fundación tendrá definido quién sucederá a Julio Ernesto Toro Restrepo en la presidencia de la instituciones hospitalaria más grande de Antioquia en capacidad de atención.
“Presenté la carta a mi junta y me la aceptaron. Manifestaron su deseo de que me quede un poco tiempo más. En febrero seguramente ya habrá un nombramiento para hacer un buen empalme”, explicó Toro Restrepo, quien ha estado al frente de la institución centenaria por más de 30 años.
Según comentó ayer Toro a EL COLOMBIANO, la decisión obedece a razones estrictamente personales, con ánimo de jubilarse, pues ya tiene 68 años.
Como muchos pensarían, no tiene nada qué ver con la crisis financiera que padecen las instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) por abultadas carteras que no pagan las EPS ni el Gobierno.
“El sector sí está muy turbulento, pero no tiene nada que ver con eso mi retiro. Hacía tiempo lo tenía contemplado pero se atravesó la crisis y postergué la decisión, pero lo cierto es que desde hace muchos días venía dándole vueltas al tema”, agregó este médico de 68 años (ver recuadro).
Bajo su liderazgo, San Vicente Fundación ha sabido sobrellevar la angustiosa falta de flujo de caja con una cartera de 310 mil millones de pesos, sumando lo que deben al hospital de Medellín, como al de Rionegro.
Sin embargo, su política ha sido la de mantener abiertos todos los servicios, desde ambulatorios, hasta de alta complejidad.
“Esta organización tiene mucha vitalidad y capacidad de resistencia y contamos con el apoyo de nuestros proveedores, si no fuera por ellos, otra sería la historia”, agregó.
En todo caso, no es la primera crisis que afronta Toro, quien supo adaptar a la institución sin ánimo de lucro a los cambios que impuso la Ley 100 de 1993.
“Empiezo hoy a despedirme, poco a poco, con nostalgia y serenidad, y sobre todo con mucho agradecimiento”, escribió ayer Toro a la comunidad médica de San Vicente Fundación.