Reconocida en Antioquia por la comercialización de productos de la canasta familiar, y sometida a un proceso de intervención por parte de la Superintendencia de Economía Solidaria (Supersolidaria) desde septiembre de 2015, la Cooperativa Consumo ajustó su hoja de ruta para dejar atrás la mala racha y sanear las finanzas.
Juan Gil Sierra, agente Especial y representante legal de la entidad, explicó que la clave está en volver a los orígenes, retomar la vocación multiactiva que le imprimieron sus gestores, lo que equivale a decir que además de la comercialización se aproveche la posibilidad que tiene Consumo de incursionar en otros negocios como el desarrollo inmobiliario o establecer alianzas estratégicas para impulsar su expansión.
Bajo ese concepto, Gil señaló que está estructurando un plan para llegar a diferentes sectores con el formato hard discount o tiendas de descuento similares a D1, Justo y Bueno o Ara.
“En un mercado tan competido, nuestra idea es llegar a los barrios con locales de 300 metros cuadrados, en los que la gente esté asociada a la cooperativa. El sentido de pertenencia sería esencial y podríamos ofrecer servicios como salud, educación y recreación. Estamos haciendo la tarea y mirando las alternativas para vincular a nuestros 110 mil afiliados a esta iniciativa”, comentó (ver Protagonista).
Luis Hernando Loaiza, director Financiero de Consumo, añadió que esta propuesta, concebida en un horizonte de siete años, se desarrollará en la medida en que se tenga disponibilidad de recursos y el capital de trabajo.
Destacó que en los primeros diez meses del año el ejercicio operacional arroja excedentes por 2.464 millones de pesos, cifra que contrasta con las pérdidas de 10.100 millones observadas hace un año (ver gráfico).