La catación permite descubrir aspectos del aroma y, sobre todo, del sabor del café, que no es igual en todas partes.
De modo que sí es cierto que un café puede saber a mandarina, a panela, a limón, sin añadirle ninguno de estos ingredientes, como a uno a veces le parece sentir.
Y también lo es eso de que se saborea con la lengua, el paladar, las partes anteriores y posteriores de la boca...
Lo que sucede es que los catadores se concentran en esas zonas y en lo que capta cada una de ellas.
Rodrigo Santamaría es un catador de la Secretaría de Competitividad de Antioquia. Inmerso en el mundo del café durante años, dejó atrás su trabajo de extensionista, es decir, de asesor de caficultores en el mismo campo, para dedicarse a esto de probar cafés especiales.
Va por empresas e instituciones enseñando a catarlo y, por supuesto, enseñando las ventajas de los cafés especiales...
ESTE CONTENIDO ES EXCLUSIVO
PARA SUSCRIPTORES
¿Ya sos un suscriptor? Iniciá sesión
Al realizar el registro de tus datos por medio de estas redes sociales, aceptas los términos y condiciones, el
uso de tu información personal y el uso de tu información por terceros de El Colombiano disponibles en
www.elcolombiano.com y el envío de noticias a tu correo.
¿QUERÉS SER UN SUSCRIPTOR?
TENEMOS PLANES DESDE
$14.900,
Seleccioná el que más te convenga:
Nueve razones para suscribirme a EL COLOMBIANO