Mide solo 7 a 9 centímetros y realiza una proeza difícil de igualar: 2.000 kms de vuelo sin parar.
Es el colibrí de garganta roja (Archilochus colubris), que viaja entre el este de Estados Unidos y Centro América para pasar la temporada invernal, regresando para el apareamiento y la crianza.
Una hazaña increíble en una ave cuya envergadura alar es de solo 11 centímetros máximo y que no pesa más de 6 gramos.
El hallazgo lo hicieron investigadores de la Universidad del Sur de Misisipi, que publicarán sus resultados en la edición de abril de la revista especializada The Auk: Ornithological Advances.
En un estudio de cuatro años en el refugio de vida salvaje Bon Secour en Alabama, situado a lo largo del Golfo de México, Theodore Zenzal y Frank Moore documentaron el vuelo del colibrí, que para en la zona para alimentarse y descansar.
“Es importante conocer qué áreas utilizan con el fin de proteger esas escalas para los migrantes”, indicó Zenzal. .
Mucho se ha especulado sobre las capacidades de los colibríes para migrar a través de grandes distancias, pero los autores encontraron que con condiciones favorables era posible que se desplazaran hasta 2.000 kilómetros sin escalas.
Estas aves viajan entre finales de agosto y finales de octubre, con un pico en septiembre. Durante la temporada consumen altas dosis de néctar como reserva energética.
Los adultos machos pueden volar más lejos que las hembras y los jóvenes.
“Lo más interesante para mí es que esas aves doblan su masa corporal durante la migración y son aún capaces de hacer esos vuelos”, expresó Zenzal.