Pasear es rico, pero también... deja huella. Huella que siente el planeta: el turismo es responsable del 8 % de las emisiones globales de dióxido de carbono, 3 veces más de lo que se estimaba.
Eso sugiere un estudio de científicos de la Universidad de Sidney en Australia. Encontraron que esa industria emite 4,5 gigatoneladas de CO2 equivalente. Y el mayor aportante es el transporte, junto a las compras y los alimentos.
Además la mayoría de las emisiones se producen en viajes desde y en países de altos ingresos.
El turismo es una industria de 3 billones de dólares y crece 4 % al año, mucho más que otros sectores económicos.
Esta vez el estudio no se centró solo en los viajes aéreos, sino que consideró también las emisiones relacionadas con el consumo de alimentos, bebidas y souvenires, así como la construcción de infraestructura y mantenimiento.
Estudiaron las emisiones de CO2 de los flujos de turismo entre 160 países, usaron datos de viajes de 55 y de la Organización Mundial de Turismo de Naciones Unidas para los otros 105.
Los cálculos mostraron que entre 2009 y 2013 las emisiones pasaron de 3,9 a 4,5 gigatoneladas de CO2 equivalente, una medida que cobija los gases de invernadero.
Estados Unidos encabeza la lista de emisores en el sector, seguido por China, Alemania e India. Mucha parte de la huella se da en viajes domésticos.
Los grandes viajeros internacionales como canadienses, suizos, holandeses, daneses y noruegos dejan una huella de carbono alta en países distintos a los suyos. “Viajar es más que todo un tema de altos ingresos”, escribieron los autores en Nature Climate Change.
El impacto es mayor a medida que la gente tiene más recursos. La demanda por viajes exóticos está disparada en Brasil, China, India y Rusia. Y aún aunque las industrias de la aviación y el turismo han avanzado para reducir sus emisiones de carbono, la demanda de viajes está sobrepasando esos esfuerzos.
Por lo tanto se espera que a 2025 el sector emita 6,5 gigatoneladas.