Ocho millones de toneladas de plásticos van a parar a los océanos cada año, algo que embarga una de las mayores preocupaciones sobre los ecosistemas marinos y la vida que albergan. Acelerar la descomposición de estos materiales es uno de los tres proyectos de investigación en los que participan estudiantes de la Universidad de Antioquia en la región de Urabá.
Bajo la dirección del profesor Juan Pablo Gallo Ramírez, los estudiantes de Ingeniería Oceanográfica, Oceanografía y Ecología de Zonas Costeras del semillero del grupo de Biomateriales Avanzados y Medicina Regenerativa —Bmar— están enfocados en remediar situaciones problemáticas de la región. Trabajan además en la generación de energía a partir de microorganismos de aguas residuales y en la desalinización del agua de mar.
Con el proyecto que utiliza los microorganismos “se busca aprovechar las grandes cantidades de aguas residuales que tiene el municipio de Turbo para utilizarlas en la generación de energía”.
Es una iniciativa a la que se vincularon tres estudiantes de Ingeniería Oceanográfica y una de Ecología de zonas costeras. Se encuentra en proceso de evaluación, debido a que fue presentado en la última convocatoria de proyectos de extensión.
De ser aprobado en el primer año se estaría diseñando el dispositivo y luego se vincularía la población estudiantil del grado 11 de la Normal de Turbo a través de una feria de la ciencia, a fin de que fomenten su espíritu investigativo y lo apliquen en beneficio de la región.
El proyecto se desarrolla en colaboración con la profesora Lucía Atehortúa, directora del Grupo de Biodiversidad, Biotecnología y Bioindustria de la Universidad.
La propuesta para ayudar a degradar los plásticos se basa en el uso de microorganismos y los rayos ultravioleta provenientes de la luz solar y cuenta con el apoyo del ecólogo Fabio Castañeda, quien trabajaba el tema.
Para Annie Kelly Posada, estudiante de Ingeniería Oceanográfica “la experiencia ha sido muy chévere porque me estoy familiarizando con este tipo de cosas y ahí es donde uno se da cuenta de que debe poner mucho de su parte si quiere lograr grandes cambios. En un futuro y si le ponemos empeño, vamos a suplir muchas necesidades de la región. Si lo logramos sería un buen aporte a la comunidad.”
“Lo más importante es que son proyectos pensados en el beneficio de la comunidad”, dice Wilmar Mosquera estudiante de sexto semestre del mismo programa académico.