El apetito carnívoro de los más de 1.400 millones de chinos avanza sin freno a medida que cambian los hábitos alimenticios de su pujante clase media. Un país donde hace pocos años apenas se consumía carne de vacuno ni productos lácteos ha visto cómo sus importaciones agroalimentarias alcanzaron en 2014 los 135.000 millones de dólares, el doble que sus exportaciones. La compra de carne de vacuno congelada y deshuesada creció nada menos que un 96 % en 2014. Aunque el principal proveedor alimentario del coloso asiático es Estados Unidos, la mayoría de la carne roja, cuyo consumo es todo un símbolo de progreso para los chinos, es Australia. Para garantizar el suministro, las grandes corporaciones asiáticas llevan tiempo comprando tierras y granjas...