Las invitaciones a marchar ayer por parte del chavismo y de la oposición no contaron con la afluencia esperada por sus convocantes, mientras el proceso de diálogo se mantiene en suspenso después de que los mediadores internacionales presentaran varias propuestas para reactivarlo.
La oposición reunida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) hizo la invitación a retomar la ruta de la protesta antigubernamental de calle, cuando se celebra el 59 aniversario del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, tras señalar que el Gobierno de Nicolás Maduro también es “dictadura”.
La MUD salió a marchar con la idea de llegar a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en el oeste de Caracas para exigir que se anuncie un cronograma de comicios pues, según la oposición, el Gobierno ha asumido una postura dictatorial abierta al evitar someterse al voto popular.
La oposición no pudo llegar a su destino debido a un fuerte cerco de las fuerzas de seguridad del Estado que lo impidió mientras el chavismo se movilizó sin contratiempos por el oeste de la capital para rendir honores al político, periodista y guerrillero Fabricio Ojeda que murió encarcelado en 1966 en un cuestionado “suicidio”.
El oficialismo invitó a sus seguidores a marchar para trasladar los restos de Ojeda, “víctima de la oligarquía”, hasta el Panteón Nacional, donde reposan el cuerpos del Libertador Simón Bolívar y otros héroes de la independencia venezolana.
Sin embargo, ninguna de las movilizaciones se observó nutrida lo que fue leído por dirigentes y analistas como una muestra de desánimo alimentado por la severa crisis económica signada por la inflación más alta del mundo y la escasez de alimentos y medicamentos.
Para el dos veces candidato a la Presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, los dirigentes opositores tienen el deber de “rescatar el ánimo” de la gente, devolverle la “esperanza” a los venezolanos de que pueden “rescatar la democracia”.