x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Nicaragua sigue en pie de lucha

Se cumplen tres meses desde que se tomaron las

calles para enfrentar el régimen de Daniel Ortega.

  • Manifestaciones del pasado jueves en contra del gobierno de Daniel Ortega que fueron convocadas por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. FOTO Afp y efe
    Manifestaciones del pasado jueves en contra del gobierno de Daniel Ortega que fueron convocadas por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. FOTO Afp y efe
  • Nicaragua sigue en pie de lucha
  • Nicaragua sigue en pie de lucha
18 de julio de 2018
bookmark

Noventa y dos días van. Las cifras de heridos, presos políticos y fallecidos crecen conforme se presentan nuevas manifestaciones, pero el pueblo no se detiene y grita al mundo su verdad. “Que se vaya”, ese es el clamor de los manifestantes, acompañado de coplas como “Daniel y Somoza son la misma cosa” y “Juntos somos un volcán”. Un cráter de lava blanca y azul que inunda las calles con banderas y mensajes en contra del gobierno. En sus voces está el dolor de un pueblo reprimido por la violencia del Estado y en sus manos, pancartas que piden justicia sin impunidad.

Es el clamor de un país herido cuyas voces se apagaron a causa de la violencia del régimen de Daniel Ortega que, según denuncias de Alianza Cívica, comenzó a usar armas de guerra para callar las protestas. Revólveres que dejan centenares de muertos, pero de los que no hay una estadística consolidada. Según el más reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) son 264, pero para la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia son casi 370 personas que salieron a marchar por sus derechos y jamás regresaron a casa.

Graves violaciones a los Derechos Humanos en el marco de las protestas sociales que fueron denunciadas por el CIDH y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de América Central. Según el alto comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein “la violencia y la represión observadas desde que comenzaron las protestas son producto de la erosión sistemática de los Derechos Humanos a lo largo de los años y ponen en evidencia la fragilidad de las instituciones y del Estado de Derecho”.

Y es que el gobierno de Ortega era una bomba de tiempo. Fuentes de ese país consultadas por EL COLOMBIANO explican que se acumularon violaciones a los derechos, abusos del gobierno y corrupción, la demolición de las instituciones democráticas y de la división de poderes, hasta lograr que en sus manos estuviera casi todo: la Procuraduría, la Contraloría y el sistema electoral. Por eso, una reforma al sistema pensional fue la gota que faltaba para acabar con la paciencia de la gente.

Solo dos países manifestaron su apoyo al régimen: Venezuela y Bolivia. Mientras que líderes políticos de Colombia, otros países latinoamericanos y la Unión Europea y han hecho un llamado para que cese la represión, un mensaje que aún no ha sido escuchado.

Lo que pide el pueblo

Que Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo salgan del poder y se convoque a elecciones democráticas, con garantías, es el deseo de la gran mayoría de los seis millones de habitantes de Nicaragua, ya que aún hay una parte de la población que está a favor del sandinismo. De hecho, cuando la oposición ha convocado a una marcha en contra de Ortega, el oficialismo busca que sus cuantos simpatizantes también se movilicen a su favor.

Sin embargo, una investigadora social de ese país le contó a EL COLOMBIANO que el gobierno obliga a los trabajadores del Estado a participar en las movilizaciones del sandinismo. La mujer que ha sido testigo de cómo la gente está perdiendo la vida en las manifestaciones pidió reservar su identidad asegurando que “la persona que hablé en contra de Ortega se convierte en un blanco”. Además, comenta que el presidente no tiene voluntad de encontrar una salida dialogada, a pesar de los esfuerzos de la Iglesia Católica.

En las conversaciones participan los sectores estudiantil, empresarial, académico, la sociedad civl, las comunidades indígenas y los campesinos. Uno de los participantes del Diálogo Nacional y líder de la Alianza Cívica por la Justicia, Carlos Tunnerman Bernheim, quien explicó que “el pueblo decidió respaldar la rebelión cívica, sin armas ni violencia. Recurrimos a los metros de resistencia no violenta y activa, a usar las marchas y los plantones como base”.

Tunnerman asegura que Nicaragua ha recibido apoyo de las naciones vecinas a través de los mensajes en contra del régimen, pero que ahora necesitan la solidaridad de toda América Latina para conseguir los 18 votos necesarios en la Organización de Estados Americanos para crear una resolución que condene al régimen de Ortega como violador de los Derechos Humanos. Además, hace una alerta argumentando que el gobierno quiere que los países de la región hagan una “lectura equivocada”.

El apoyo de los vecinos

Aunque para Tunnerman, Nicaragua ha recibido respaldo de otras naciones, analistas como Fernando Cvitanic, magíster en Relaciones Internacionales del Instituto Ortega y Gasset y profesor de la Universidad de la Sabana, argumentan que el país está viviendo un “aislamiento grave” ya que “aparte de las condenas de los organismos internacionales, no se ve otra presión externa”.

Cvitanic compara el régimen nicaragüense con las dictaduras de Cuba y Venezuela. Para el caso del vecino país del sur, las repetidas condenas de la OEA y de otros organismos internacionales han presentado un testimonio de las crisis y una crítica a Nicolás Maduro, mas no han conseguido cambiar la situación de los países que evidencian una grave vulneración a los Derechos Humanos. Asevera, además, que en las relaciones internacionales, más que países amigos, hay intereses y, al ser un país “menos rico y con menor importancia geopolítica, los llamados externos han sido pocos” (ver claves).

Sin embargo, resalta la relevancia de los informes para alertar a la comunidad internacional.

El llamado de América

La Alianza Cívica explica que conseguir que el CIDH pusiera en marcha el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua y que el alto comisionado de la ONU interviniera en la crisis; han sido dos grandes logros de la mesa negociadora. Además, cuando paramilitares hirieron a los obispos estos mantuvieron su voluntad para encontrar una salida dialogada.

Pero los llamados no son totalmente escuchados. En un comunicado reciente la Comisión manifestó su preocupación “por la falta de implementación efectiva de las medidas cautelares”.

Entre los casos resalta el de los ciudadanos Isaac de Jesús Molina y Fabiola Mercedes Vilafranca, quienes fueron víctimas de tres atentados y sufren la persecución de presuntos paramilitares, por la que ha sido una de las historias más tristes de la crisis.

Era 15 de junio y seis de los familiares de Molina y Villafranca estaban en su edificio de tres pisos. Según explicó la Alianza Cívica, cerca de su casa pasaría una manifestación y los paramilitares les pidieron ingresar a la vivienda para disparar desde su ventana. Se negaron. No querían ser cómplices de los asesinatos. Pero la respuesta a su decisión fue prender fuego a la construcción y fallecieron incinerados y asfixiados dos niños y cuatro adultos, respectivamente.

El Día de la Madre los ciudadanos marcharon en honor a las mujeres que perdieron a sus hijos por la violencia del gobierno, pero su protesta fue rechazada con disparos por los paramilitares. Incluso, en días pasado un niño de 14 meses falleció a causa de las balas cuando estaba con su padre.

La agudización de la crisis

Las últimas dos semanas estuvieron marcadas por la agresión de presuntos sandinista a los obispos negociadores, el aumento de represalias contra los críticos de Daniel Ortega, que fue denunciada por Naciones Unidas y más ciudadanos que fallecieron cuando con sus pasos se tomaban las calles para decir no a la represión.

Y es que los nicaragüenses regresaron a las calles pese a la violencia de Ortega. Una gran marcha conquistó las calles el pasado jueves 12 de julio y, al día siguiente, durante el paro nacional, las calles estuvieron solas y los negocios cerraron para gritar a través del silencio su descontento.

El diario de ese país, La Prensa, reseñó que el gobierno anunció un repliegue de las fuerzas en sectores como la zona indígena de Monimbó, ante lo que la comunidad respondió que no permitirán que “vengan a bailar” por encima de sus muertos. Una decisión que muestra cómo el pueblo encabeza una lucha contra Daniel Ortega, un liberador que se convirtió en dictador.

250
presos políticos, en su mayoría jóvenes, según la Alianza Cívica de Nicaragua.
360
personas han fallecido en las protestas según la Alianza Cívica de Nicaragua.
El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD