La Cámara de Diputados de Italia convirtió en ley el decreto impulsado por el ministro del Interior, Matteo Salvini, conocido como Ley Antimigración, que impondrá restricciones para las personas que lleguen a ese país en busca de refugio, muchas de ellas que han huido de la violencia de Medio Oriente. La nueva legislación introduce restricciones para los solicitantes de asilo y amplía posibilidades de revocar su protección, además de introducir medidas contra la mafia y para la seguridad.
Este era el último paso que tenía que enfrentar la iniciativa, que el pasado 7 de noviembre había contado con la aprobación del Senado y cuya aplicación comenzó desde el mes de septiembre, mediante un decreto avalado por el Consejo de Ministros. Su paso por las autoridades italianas fue corto, debido a que fue presentado por Salvini como “moción de confianza al gobierno”, una figura que evita las enmiendas y abrevia su aprobación.
“El caso italiano hace parte de una tendencia de populistas de derecha que se están expandiendo en los gobiernos del mundo y uno de sus caballos de batalla es ver la migración como ‘un peligro’”, comenta Juan Carlos Herrera, profesor de geopolítica de la Universidad de Medellín. Para el experto, esta política de Salvini resalta un nacionalismo y miedo a los migrantes porque “lo relaciona con los elementos que dañan la estabilidad del país”.
Claves de la ley
Migración, seguridad pública e impulso a la lucha contra el crimen organizado son los tres pilares de la ley. De estos puntos, el asunto relacionado con los migrantes es el más polémico de todos. Por este motivo, un grupo de manifestantes aguardó al fin de la votación a las afueras del parlamento y como protesta realizó un funeral simbólico, y es que según cifras de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados, por cada 18 personas que llegaron a Europa, una murió o desapareció intentando atravesar el océano para pisar el continente.
Con la ley, los permisos de residencia por motivos humanitarios, que se concedían durante dos años y daban acceso al mundo laboral y a la seguridad social a los refugiados, quedarán suspendidos. Para reemplazarlos, crearán permisos de un año denominados de “protección especial”. Por otro lado, aquellas personas condenadas por delitos de violación, venta de drogas, robo o extorsión no gozarán de protección internacional.
Salvini, impulsor de la ley y líder de la Liga Norte, aseguró estar convencido de que esta “dará más tranquilidad, orden, reglas y serenidad a las ciudades”. Pero las controversiales políticas del político derechista tienen un nuevo capítulo. El gobierno ratificó que Italia no firmará el Pacto Mundial para la Migración ni, participará de la cumbre sobre este asunto que se realizará entre el 10 y el 11 de diciembre en Marruecos. El encuentro pretende reconocer los derechos de los migrantes y ha sido impulsado por Naciones Unidas.
¿Tendencia xenófoba?
La Liga Norte armó toda su campaña electoral en torno al problema de la migración. Miembros del gobierno pertenecientes a la Liga e incluso los periódicos más cercanos a esa posición siguen presentado este fenómeno como una “emergencia nacional” y se han referido a ella como una “invasión”, así lo explica el italiano Graziano Palamera, profesor del Observatorio de Análisis de los Sistemas Internacionales de la Universidad Externado.
“Italia está reestructurando el sistema de las políticas de acogida de los migrantes. Lamentablemente, lo hace dejándose llevar por el miedo y por este clima xenófobo que sopla hoy en día en gran parte de Europa. Ese es el motivo por el que toman esas medidas que perjudican los derechos de las personas”, comenta Palamera, para quien es necesario que Europa comience a pensar en políticas de integración para las personas que llegan de otros países.
No solo Italia está implementando iniciativas de este tipo. Líderes de Austria, Hungría y Polonia han impulsado políticas poco amables con los migrantes. “Hay un discurso contra el extranjero. Llevamos una época en Europa en los últimos cinco o seis años en la que se están haciendo políticas que ligan la migración con la inseguridad. Esto tiene que ver con una respuesta que han dado a los problemas de desigualdad en Europa y se ha encontrado que atacan al migrante”, asegura Daniel Rivas, integrante de la organización Salvamento Marítimo Humanitario, quien trabaja con los migrantes que intentan llegar a Europa.
Entonces, a pocos días de un encuentro mundial que busca reconocer los derechos de los migrantes, Italia se aleja de las iniciativas humanitarias sobre este ámbito, dando fuerza al discurso populista y de extrema derecha de su ministro. Los migrantes serán los más afectados con esta nueva política italiana.
336
votos de los legisladores en la Cámara de Diputados aprobaron la ley.