Manhattan, el distrito más importante de Nueva York, tiene 27.330 habitantes por cada kilómetro cuadrado y se está quedando sin dónde construir.
En la Gran Manzana cada metro cuadrado vale por lo menos 15 mil dólares, y por eso los arquitectos se rompen la cabeza pensando cómo optimizar el espacio para sacarle más provecho a sus construcciones.
La solución a la que llegan muchos es la obvia: hay que “rascar” el cielo con los edificios porque el único espacio disponible es el que tenemos sobre nuestras cabezas.
Lea aquí: Así es un apartamento en el edificio más alto de Colombia
“Pero, ¿qué pasa si sustituimos la altura por la longitud? ¿Y si nuestros edificios fueran largos en lugar de altos?”, fue la pregunta que se hicieron los arquitectos de Oiio Studio, una firma de urbanistas con sede en Atenas -Grecia- y en Nueva York -Estados Unidos-.
La respuesta se llama The Big Bend, un edificio en forma de U que podría revolucionar la forma en que se construye en Nueva York y en otras ciudades donde el espacio es reducido y las opciones, limitadas.
Con 1.220 metros de altura de extremo a extremo, este no sólo podría ser el rascacielos más alto del mundo, sino que su tamaño sería casi el doble del Burj Khalifa, el edificio de Dubai que actualmente ostenta el título del más grande con 828 metros y 163 pisos.
Aún no se sabe qué tan ancha sería la base de la estructura, pero lo que sí tendría The Big Bend es un ascensor capaz de viajar en curvas, para que pueda atravesar todo el edificio de un punta a punta.
Le puede interesar: Angelo Bucci: “la arquitectura es de personas, no de espacios”
“Si logramos doblar nuestra estructura en lugar de doblar las reglas de zonificación de Nueva York, podríamos crear uno de los edificios más prestigiosos de Manhattan. El edificio más alto del mundo”, dicen los arquitectos de Oiio Studio.
Las normas de urbanización en Nueva York se han vuelto tan estrictas que hoy, según el diario The New York Times, no se podrían construir el 40 por ciento de los edificios que se alzaron durante el siglo XX.
Es por eso que el One World Trade Center, el rascacielos más alto de Manhattan con 541 metros de altura, no entra ni en el top 5 de los edificios más largos del planeta.
Siga leyendo: La arquitectura apuesta por lo verde
“The Big Bend puede convertirse en una modesta solución arquitectónica a las limitaciones de altura de Manhattan. Ahora podemos proporcionar a nuestras estructuras las medidas que las harán destacar sin preocuparse por los límites del cielo”, es el objetivo de Oiio Studio.
Palabras más, palabras menos, lo que quieren estos arquitectos es construir el edificio más alto del mundo en una ciudad que no lo permite. Primero tendrán que convencer de su idea a una firma constructora, y sino The Big Bend nunca verá la luz.
