El debate político interno se ha tornado complejo en Estados Unidos. Los asuntos más problemáticos de la actualidad del país se están entremezclando de la forma más cruda posible, con muertos y sangre derramada en las calles, como fue el caso de Dallas. Así, la discordia sobre el control a las armas pareció confundirse en semanas pasadas al asunto migratorio y a la lucha antiterrorista.
El pasado jueves 7 de julio, en el peor ataque contra las autoridades estadounidenses desde el del 11 de septiembre de 2001, se puso de manifiesto otro grave enfrentamiento en esta compleja ecuación, ignorada durante años —si no durante décadas—, el de los afroamericanos y la policía.
Un veterano de guerra de Afganistán, Micah Johnson, mató a cinco efectivos e hirió a otros doce utilizando un rifle SKS y una pistola. Según testimonios de las propias autoridades, Johnson afirmó estar molesto por los asesinatos de los afroamericanos Alton Sterling (julio 5) y Philando Castile (julio 6), por parte de policías en Louisiana y Minnesota, respectivamente.
Ambos incidentes quedaron registrados en video, lo que ha encendido la polémica por la continuación de la brutalidad policial en el país, hoy sumido en protestas. En especial por el ingrediente racial, un asunto que demuestra que no está superado desde que el movimiento por los derechos civiles de Martin Luther King Jr. llegaba a Washington en 1963, a pesar de la brutal represión que sufría en el sur.
Por otra parte, también quedó registrado el tiroteo y algunas de las muertes de Dallas, lo que alimenta un complejo debate que EL COLOMBIANO analizó con expertos. ¿Qué consecuencias dejará?
Para Enrique Serrano, docente de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, “los hechos recientes, de problemáticas no resueltas en EE. UU., se interpretan a través de filtros desiguales e ideológicos, porque los republicanos tienen una visión sobre estos asuntos y los demócratas otra. En este sentido la campaña y el país tendrán mucha más polarización en adelante”.
Desde Washington, Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y Política (Cepr), considera que “el debate de campaña claramente se centrará en el tema de brutalidad policial, porque a pesar de que hay sectores que defienden estas actuaciones a como dé lugar, creo la mayoría de los estadounidenses no aceptará que en cualquier lugar del país las matanzas perpetradas por policías tengan impunidad, y más si son basadas en un criterio que apunta especialmente a la gente negra”.
“La decisión de Obama de nombrar a la afroamericana Loretta Lynch fiscal general del país, buscaba abordar el problema. No ha tenido avances significativos, y aún así creo que es el único presidente que ha intentado resolver el asunto. Pero hay mucho camino por recorrer”, añade.
Ambos expertos coinciden en que, con el tiroteo de Dallas, en el que las víctimas fueron policías, sectores republicanos pueden estar más abiertos a reconsiderar un serio debate sobre la necesidad de un mayor control a las armas, a pesar de las dificultades históricas de este asunto.