“Es un jugador y un negociador de clase mundial”. La frase de Donald Trump ayer, para argumentar la designación del petrolero Rex Tillerson como próximo jefe de la diplomacia de la potencia norteamericana, no aclara, en cualquier caso, cuáles serán las implicaciones en el mundo y si habrá un viraje significativo en la política exterior estadounidense.
Máxime si hay algunos factores que hacen más complejo el análisis sobre lo que prevé hacer Trump fuera de fronteras tras este nombramiento:
El director ejecutivo del gigante petrolero ExxonMobil no tiene recorrido alguno en política, mas el presidente electo explicó que espera que su habilidad para los negocios sea aplicada a la diplomacia.
“Lo elegí por su trabajo, su dedicación y su inteligencia para alcanzar acuerdos. Su tenacidad, su amplia experiencia y el profundo conocimiento de la geopolítica lo hacen una excelente elección para secretario de Estado”, afirmó Trump en un comunicado.
Críticas y escepticismo
El principal obstáculo, no obstante, para que esto se haga una realidad desde enero, es que la aprobación de Tillerson para dicho cargo tiene que darse en el Congreso. Y tal como informan medios de comunicación de dicho país, tanto demócratas como republicanos son también escépticos del petrolero por un historial de cercanía al presidente ruso, Vladimir Putin.
Algunos de los medios que más tomaron bandera contra la llegada de Trump, como The New York Times, ayer publicaron a su vez informaciones que amplían las sospechas sobre “la seriedad de una campaña (hecha desde Rusia) para trastornar las elecciones presidenciales de 2016”.
Independiente de este otro caso al cual enfoca todos sus esfuerzos el saliente mandato demócrata, hasta republicanos expresaron sus reservas.
“Mientras que Rex Tillerson es un respetado empresario, tengo serias preocupaciones respecto a su nominación. El próximo secretario de Estado debe ser alguien que vea al mundo con claridad moral, que esté libre de potenciales conflictos de intereses, que tenga un sentido claro de los intereses de Estados Unidos, y que abogue decididamente a favor de los objetivos de política exterior del país ante el presidente, dentro de la propia administración, y en el ámbito internacional”, dijo el senador Marco Rubio en comunicado.
Implicaciones
¿Pero qué tan ciertos son los señalamientos de su cercanía a Putin y, por ende, de sus potenciales conflictos de intereses? Para Patricio Navia, politólogo y docente de la Universidad de Nueva York (NYU), la proximidad al líder ruso es clara, pero no necesariamente implica que así será la política exterior del país desde enero.
“Es evidente que Tillerson ha sido cercano a Putin, pero eso no quiere decir que así vaya a ser como secretario de Estado. Además, esa no es la principal preocupación que hay en Washington. La verdadera alerta es por su poca experiencia en temas políticos, mucho más amplios que la política energética”, explicó.
Habiendo estas reservas, ¿prosperará la nominación de Tillerson en el Congreso? Navia no ve motivos para pensar que los legisladores bloquearán al petrolero: “Los republicanos van a estar muy presionados para apoyar a los nominados de Trump, pensando también en su respaldo para las elecciones de 2018. Esto a menos que resulten en un escándalo. La cercanía con Moscú no es suficiente motivo”.