Angela Merkel es la mujer más importante en la política de Europa y, tal vez, del mundo. Presidenta del partido Unión Demócrata Cristiana desde el 2000 y canciller de Alemania desde 2005, esta diplomática de 64 años ha llevado las riendas de su país y ha participado de las decisiones de la Unión Europea más trascendentales del último periodo. Por ejemplo, el plan de austeridad para la zona euro y parte de las políticas de atención a la crisis migratoria, que tienen como fin crear campos de refugiados para recibir a las personas que llegan a Europa huyendo del a violencia.
Merkel es, incluso, uno de los rostros más fuertes del G7. En la cumbre de junio de este año, que se realizó en Canadá, dejó ver la tensión que se vivió al interior de este organismo respecto a las posiciones de Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Sin embargo, ese liderazgo parece estar llegando a su ocaso luego de que ayer, esta política nacida en la Alemania Occidental de la posguerra anunciara que dejará la presidencia de su partido y su escaño en el parlamento una vez finalice el periodo legislativo actual (2021).
Con esto, según reseñó el diario alemán Deutsche Welle, renunció también a presentarse como candidata para la jefatura del gobierno. Es decir, el fin de su vida política, por lo menos como representante de Alemania. Su anunció, además, recuerda declaraciones anteriores en las que aseguraba que, mientras su partido estuviera al frente de Berlín, para ella la jefatura de este y la Cancillería eran dos cargos que debería ocupar la misma persona.
Caída del partido de Merkel
Justo el pasado fin de semana se llevaron a cabo las elecciones regionales de Hesse, uno de los 16 estados federados de Alemania, en las que el partido de Merkel sufrió caídas de hasta 20 puntos en el porcentaje de su votación a comparación de las elecciones previas.
Ralf Leiteritz, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, comenta que, si bien su partido sigue siendo el más fuerte en Alemania, en los últimos años ha perdido votos en las elecciones, lo que “es una clara señal de que algo está mal en el gobierno de Berlín”.
¿Por qué está mal el gobierno alemán? Leiteritz ve una suma de factores: convirtió su partido conservador en un movimiento de centro y ahora muchos partidos son de esta tendencia, por lo que los votantes no ven la diferencia entre uno u otro; los grandes partidos están en una coalición y no se ve competencia electoral, y “el mayor descontento es sobre su decisión de acoger refugiados de Siria hace tres años”, que provocó un resurgimiento del partido de la extrema derecha, Alternativa por Alemania (AfD) .
“Las personas están esperando que haya una nueva dirección en el partido que implica que haya vientos de cambio”, comenta Luis Felipe Jaramillo, jefe del programa de relaciones internacionales de la Universidad de Medellín. Para Jaramillo este no es solo un asunto de Alemania, sino europeo y se evidencia con la llegada al poder de Emmanuel Macron, en Francia; Pedro Sánchez, en España, y Matteo Salvini, en Italia, cada uno con tendencias diferentes, por lo que no descarta que Theresa May, en Reino Unido, sea la próxima líder en protagonizar una renovación política.
Entonces, el retiro de Merkel del liderazgo de su partido y de una futura aspiración electoral, son otro reflejo de los cambios políticos que está sufriendo la Unión Europea.