“Por este lugar pasaban los desaparecidos, los llevaban hasta la enfermería a través de esta escalera que era denominada la ‘escalera de los traslados’. Iban adormecidos hasta el lugar donde estaban los camiones. De ahí a los vuelos de la muerte”.
El relato se escucha más intenso y doloroso porque ocurre precisamente en la Esma, la Escuela Mecánica de la Armada Argentina, el símbolo por excelencia de la tortura durante la dictadura en el cono sur. El lugar donde, según datos oficiales, fueron detenidas 5 mil personas y desde el cual la mayoría salían pensando que serían liberadas y en cambio, eran lanzadas desde aviones al océano.
Entre el público, un hombre menudo de chaqueta negra, jeans y cola de caballo escucha atento. Para su desgracia, Ricardo Coquet conoce cada palmo de ese lugar.
“En este rincón- señala Coquet- se hacía Informe Cero, una revista que después se distribuía en Europa tratando de demostrar que en Argentina se respetaban los derechos humanos. Aquí también- y muestra otro lugar- se daba el traslado de los compañeros”, narra el hombre que sobrevivió a las torturas en este centro de detención ilegal, hoy convertido en Sitio de Memoria.
Junto a él está Maco Somigliana, del Equipo Argentino de Antropología Forense, quienes identificaron los restos de personas que habían sido lanzadas desde los aviones y cuyos cuerpos aparecieron en las costas argentinas y uruguayas.
Es sábado y en la Esma hace frío. La Escuela de Mecánica es un lugar que se siente helado, quizá por lo que allí ocurrió. Tiene un sótano donde se realizaban las torturas, habitaciones vacías, donde se atendían los partos de las embarazadas secuestradas, un zarzo conocido como el sector de capuchas o ‘dormitorios’. Es un espacio donde compartían la muerte y la vida de muchos niños que, ahora se sabe, fueron robados por los militares; y está a unos metros de una ruidosa vía principal de Buenos Aires.
La Esma es también el lugar donde el gobierno del saliente Barack Obama le acaba de entregar a Argentina 500 documentos desclasificados de la CIA sobre la participación de Estados Unidos en la dictadura; y el sitio donde un sábado de cada mes se hace un recorrido íntimo con alguno de sus sobrevivientes.