El verde lo tuvo todo para ganar: opciones y un jugador de más durante gran parte del segundo tiempo, pero no aprovechó su momento y terminó perdiendo, y con piedra.
En el primer período el equipo de José Fernando Santa jugó, tal vez, su mejor partido del año y se fue al camerino en medio de los oles y la euforia del público, pero no fue capaz de liquidar al rojo.
Para el segundo tiempo las cosas fueron distintas, Nacional se dejó manejar el balón del rival y perdió la explosión en ataque con Berrío, aunque Ibarbo, de gran noche, en cada arranque metió miedo.
Más que no poder con el DIM, al que no le gana desde mayo de 2009, los jugadores del verde no pudieron con Bobadilla: ni Moreno, ni Patiño y mucho menos Ibarbo lograron vencer al arquero paraguayo, que de nuevo salió como figura en un clásico.
Lo de anoche no era para perder y por eso la desazón al final de los jugadores e hinchas, que no entendían cómo el partido se les había ido de las manos.
Berrío, en el primer tiempo, y el flaco Moreno, Ibarbo y Patiño, en la segunda parte, tuvieron las opciones para que Atlético Nacional se hubiera ido ganador.
Inesperado
Pero más allá del marcador, inesperado, aún por muchos de los hinchas del Medellín, a la afición verde le queda el consuelo que el equipo levantó mucho su nivel y que de no ser porque le quitó el pie al acelerador en el segundo tiempo y dejó que los dirigidos por Leonel Álvarez le manejaran el balón, el triunfo hubiera sido suyo.
Es curioso que Nacional no hubiera aprovechado el hombre de más en la cancha, tras la tonta expulsión de Juan Esteban Ortiz, que se dejó provocar desde el banco por Ringo Amaya.
Paradójicamente, a partir de ese momento, Medellín se paró mejor en la cancha y el verde dependió totalmente de los arranconazos de Víctor Ibarbo -uno de los mejores de la noche- por izquierda (Ricardo Calle no le vio una) y de las jugadas aisladas de Giovanni Moreno para llevar peligro sobre el marco de Bobadilla.
Lo que pasó en la cancha se trasladó a la tribuna verde: en el primer tiempo todo fue fiesta, oles y aplausos, mientras que en el segundo tiempo la ansiedad, la desazón y la rabia predominaron.
Ahora, a hacer los 15 puntos que quedan en juego, para poder pensar en la clasificación.
Nacional perdió de la manera que más rabia da: jugando mejor, con las mejores opciones de gol, con un jugador de más y con una anotación en contra cuando el tiempo ya se había cumplido. !qué piedra!
Pico y Placa Medellín
viernes
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